El Puerto de Valencia - como el de Sagunto y Gandia - (o los tres juntos bajo la denominación comercial de Valenciaport) continua trabajando, diariamente, para evitar que se rompa la cadena de suministros. Así pues, a pesar de la crisis del coronavirus que azota a todos los sectores de la economía española y mundial, el Puerto de Valencia garantiza el suministro al 100 % de la demanda de su zona de influencia (el 55% del PIB español).

En este sentido, cobra especial importancia el personal portuario encargado de gestionar todas las mercancías que llegan cada día al puerto: desde el práctico que recibe el barco entrante, hasta el personal más variado de la Autoridad Portuaria que garantiza la prestación de todos los servicios que se precise, o el camionero que se lleva el úlimo contenedor hasta el más remoto polígono industrial. Son numerosos los oficios que genera un puerto; de entre todos ellos, uno de los que no pueden fallar son los estibadores y las estibadoras, encargados de manipular las existencias, incluyendo las actividades de carga, descarga y trasbordo entre buques o de estos a tierra u otros medios de transporte. En la actualidad, cerca del 65 % de las mercancías que llegan a los puertos requieren servicios de estiba y desestiba.

Israel y Pablo son un ejemplo de ello. Trabajan como estibadores en el Puerto de Valencia y destacan la labora que su colectivo hace estos días: "Nosotros seguiremos trabajando, porque sabemos lo importante que es el Puerto de Valencia para la economía y para que no falte nada en los hogares, la industria y los hospitales. Tenemos que ser muy conscientes que todos los trabajadores somos parte de un engranaje esencial para que todo esto funcione", aseguran.

En Valencia, la sociedad anónima encargada de facilitar la cesión de los trabajadores a las empresas estibadoras es el Centro Portuario de Empleo de Valencia (CPEV), que cuenta con una plantilla de 1559 personas. Reconocida a nivel nacional, autonómico e internacional como una empresa clave dentro del sector portuario de España -y entre las 50 más importantes de la Comunitat Valenciana-, su objetivo principal es la puesta a disposición de trabajadores portuarios a las empresas que lo demanden.

De esta forma, los estibadores trabajan en cuatro jornadas de 6 horas, durante todo el día, a lo largo de 360 días al año. El puerto no para. Debido a la situación cambiante que vive el puerto cada día, los trabajadores no conocen su horario de trabajo hasta 24 horas antes del inicio de la misma, lo que dificulta mucho la conciliación de la vida personal y laboral.

Recientemente, el CPEV reconoció el esfuerzo realizado durante estas últimas semanas por los trabajadores y empresas del sector de la estiba para mantener en condiciones óptimas el servicio de manipulación de mercancías y, por tanto, la actividad en el Puerto de Valencia: "La difícil situación provocada por la crisis sanitaria de la Covid-19 se está afrontando con dedicación y responsabilidad por parte de todo el sector portuario, de modo que la actividad en las terminales se desarrolla con normalidad, atendiendo con regularidad la demanda de servicio. En este sentido, desde el CEP se insiste en la necesaria colaboración por parte de todos los agentes implicados para mantener el flujo de trabajo y garantizar el servicio y el suministro a la población".

Además, con el objetivo de hacer frente al impacto del coronavirus en el Puerto de Valencia, la dirección del CPEV, las terminales que operan en el Puerto de Valencia y el Comité de Empresa acordaron y pusieron en marcha el pasado 16 de marzo un Plan de Contingencia que contempla una serie de medidas de carácter preventivo y de conciliación, de cara a minimizar los riesgos para el personal portuario, mitigar el esfuerzo que están realizando y garantizar la prestación del servicio público de manipulación de mercancías en el Puerto de Valencia. Este protocolo de actuación incluye la limpieza de la maquinaria y los puestos de trabajo después de cada jornada, un distanciamiento de 30 minutos entre cada turno, así como diferentes accesos. Todo ello, con tal de evitar el contacto entre el personal del puerto y el riesgo de contagio.

Más de 1.500 trabajadores

El trabajo del estibador siempre ha estado muy ligado al ámbito marítimo y, antiguamente, quedaba reservado para las clases más desfavorecidas, debido a sus altas tasas de fatalidad. Se trataba de una tarea ardua y pesada, que consistía en descargar los barcos que llegaban al puerto, con sacas sobre la espalda. Sin embargo, la mecanización y la modernización de los procesos de carga y descarga mejoraron las condiciones de la profesión, lo que ha derivado en perfiles profesionales mucho más especializados y formados.

En la actualidad, la plantilla se diferencia en cuatro categorías: especialista (3), clasificador (203), manipulador (1.123) y capataz (230). Todos ellos atienden diariamente tráficos tan diversos como el de contenedores (75 %), rodado (18 %) o graneles (7 %). Además, el Puerto de Valencia cuenta también con 400 trabajadores eventuales para cubrir picos de trabajo y que son los que han sufrido la bajada de demanda estas últimas semanas.

En cuanto a la distribución de la plantilla por género, cabe destacar que la CPEV fue la primera sociedad en contratar mujeres en el sector portuario de la estiba, además de ser la pionera en disponer de planes de igualdad y conciliación de la vida familiar. A día de hoy, el de Valencia es el puerto con más mujeres de España. Un total de 254 componen su plantilla, distribuidas por todas las categorías, y suponen el mayor porcentaje del grupo de eventuales.