El consumo de energía eléctrica en la Comunitat Valenciana experimentó el pasado agosto un aumento del 20,2 % en relación a julio, según datos de la Generalitat. El incremento es significativo por el contexto en que se produjo. El octavo mes del año es el período por excelencia de las vacaciones anuales de la mayoría de valencianos, lo que se traduce en un menor gasto en luz en los hogares -hay más vida en la calle- y un alza en el exterior, por ejemplo en bares, locales de ocio nocturno, restaurantes y hoteles. Sin embargo, este año ha sido diferente a cualquier otro por la incidencia del coronavirus. Primero porque la temporada turística arrancó al ralentí como consecuencia de las medidas para controlar la pandemia puestas en marcha en mayo. De ahí que tras un descenso máximo del 20 % en el consumo a mediados de ese mes, la vuelta a la actividad fue reduciendo ese porcentaje mes tras mes hasta lograr en agosto que el descenso interanual se quedara en un 7,5 %.

No obstante, el regreso a la actividad económica no ha sido progresivo, dado que la proliferación de rebrotes del coronavirus en la práctica totalidad de las autonomías, el consiguiente frenazo en la llegada de visitantes extranjeros por las recomendaciones y las cuarentenas impuestas por sus respectivos países y las nuevas medidas restrictivas establecidas en España han causado un gran prejuicio a las actividades más directamente relacionadas con el trato social, como el comercio y la hostelería. De hecho, estas actividades han experimentado un descenso en el consumo de energía eléctrica del 13,4 % respecto a agosto de 2019, un año en el que la Comunitat Valenciana registró datos históricos en el sector turístico.

Sectores

Sin embargo, a pesar de los rebrotes, tanto las citadas como los demás sectores que componen la económica autonómica tuvieron subidas de dos dígitos respecto a julio, si exceptuamos el 6 % de máquinas y transformados metálicos. Los grandes grupos de actividad siguieron la misma línea. La agricultura y la ganadería elevaron su consumo eléctrico en términos intermensuales en un 30,3 %. La industria lo hizo en un 21 %. La construcción, un 24,8 % y los servicios, un 20,6 %. Respecto a agosto del año pasado, los porcentajes se tornan negativos: 11,4 % en el sector primario, un 5,4 % en el secundario -el que mantuvo con mayor empuje la actividad-, un 9,4 % en el terciario y un 4,2 % en la construcción.

El subsector de la metalurgia fue el que registró una mayor subida respecto a julio, concretamente de un 52,9 %. A continuación figura la industria textil, de la confección, el cuero y el calzado, con un alza del 26,9 %, seguida por la alimentación, con un 25,7 %. Esta última, por cierto, es la única actividad que experimenta un incremento del consumo eléctrico respecto de agosto de 2019. En concreto, un 2 %. El papel y el cartón también suben pero lo hacen solo en una décima.

En la comparativa interanual, la peor parada es la metalurgia, con un descenso del 25,3 %. Justo después, pero a gran distancia, se encuentran la hostelería y el comercio, con el ya citado 13,4 %, y las industrias extractivas y el refino, con una bajada del 11,2 %. De las que cayeron, el mejor dato corresponde a caucho y plástico, con un menos 1,6 %.