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Rusia amplía el veto que causa pérdidas de 130 millones a la agricultura valenciana

Putin prohíbe hasta finales de 2021 las importaciones de alimentos de la UE, lo que afecta de lleno a los negocios hortofrutícolas de la Comunitat - Cítricos, caquis y frutas de verano son cultivos que sufren el cierre de la frontera rusa

Una mujer elige tomates en un supermercado repleto de frutas y hortalizas de Moscú. | EFE/YURI KOCHETKO

No sólo el proteccionismo y las barreras comerciales de Estados Unidos perjudicarán de lleno al sector agrario de la Comunitat Valenciana durante 2021. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, acaba de anunciar que el embargo a las importaciones de alimentos procedentes de la Unión Europea se prolongará hasta finales del próximo año. Esa medida afecta de lleno a las exportaciones hortofrutícolas de la autonomía al generar unas pérdidas anuales de casi 130 millones de euros al cerrarse el mercado ruso y además, como efecto colateral, generarse un derrumbe de los precios ante el exceso de oferta de frutas y hortalizas que mayoritariamente se distribuyen en mercados del viejo continente.

Cítricos, frutas de verano y caquis son los cultivos más implicados. Estos últimos ya han perdido un 40 % de su valor en origen respeto a 2014, cuando comenzó el citado veto ruso. Llama la atención que la prohibición del gobierno de Moscú pasa de ser una sanción, que en su día impuso por el conflicto geopolítico entre Ucrania y la UE, a una estrategia comercial proteccionista. Entre enero y diciembre de 2013 se exportaron frutas y hortalizas desde la Comunitat por valor de 88,25 millones, según datos del ICEX. Dentro de esta cantidad, la fruta de verano representaba alrededor de 23 millones de euros, como grupo de productos más afectados, con una producción exportada de unas 22.000 toneladas anuales. En el caso de melocotones y nectarinas las exportaciones a Rusia suponían alrededor del 15% del total.

Entonces se vendían cítricos valencianos por valor de 37,54 millones. En volumen, y con altibajos por la propia producción de las campañas, se colocaban allí, antes de su cierre, entre 60.000 y 70.000 toneladas por campaña, según el Soivre.

Rusia mantiene el veto o la prohibición a las importaciones de productos alimentarios procedentes de los países que sancionaron a altos funcionarios, bancos, empresas y petroleras del país después de la anexión rusa de Crimea y el estallido de la guerra en el este de Ucrania. Además de frutas y hortalizas el conflicto perjudica a artículos cárnicos, lácteos y pescados, entre otros alimentos.

Un informe de la Unió de Llauradors refleja que el veto ruso a las exportaciones europeas ha provocado unas consecuencias económicas «desastrosas». Desde que Rusia decidiera cerrar sus fronteras a los productos agrarios de la Unión Europea el descenso económico de las exportaciones aumenta cada año y el impacto es «brutal» en cítricos, caquis y frutas de verano, que representan el 28% del total cultivado y 55% de la renta agraria valenciana.

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, calificó ayer de «lamentable» el enfoque que hace Putin de interpretar este veto como una medida proteccionista. «Y nos parece más lamentable aún que el Gobierno español y la UE no muevan un dedo en estos siete años para solucionar un conflicto que, recordemos, era totalmente ajeno al sector agrario», agregó. En su opinión, «ahora hemos perdido una oportunidad especialmente idónea para normalizar las relaciones diplomáticas porque todos los países, incluido Rusia, sufren graves perturbaciones sobre el consumo alimentario. Situaciones ahora tan excepcionales -agregó- como la covid-19 deberían servir para pasar página».

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