A un pie del abismo. Así se encuentra en estos momentos Feria Valencia, a la que quedan solo dos meses para entrar en causa de disolución, es decir para desaparecer, lo que sería un auténtico cataclismo para la economía y la sociedad valencianas. Antes del 31 de marzo, la entidad organizadora de eventos comerciales debe presentar y aprobar en sus órganos de gobierno las cuentas anuales de 2020 y si para entonces la Generalitat y el Ayuntamiento de València no han resuelto sus disputas -otro desencuentro entre el PSPV y Compromís- sobre el futuro ferial, la empresa se verá obligada al cierre, tal como confirman fuentes de la conselleria de Hacienda y otras empresariales vinculadas a Feria Valencia.
La solución, que, de no alcanzarse, sería dramática, pasa por que el consistorio dirigido por Joan Ribó, de Compromís, y la conselleria de Hacienda que capitanea el socialista Vicent Soler, lleguen a un acuerdo de compensación. Y es que la Generalitat ha asumido una deuda por las obras de ampliación de Feria Valencia que asciende a 511 millones, después de haber desembolsado ya otros 491. A cambio de esa subrogación reclama al ayuntamiento que le ceda los terrenos, los edificios y la concesión que permiten a la entidad comercial desarrollar su labor en el recinto de Benimàmet. Hacienda quiere evitar a toda costa asumir un endeudamiento de una firma que no forma parte del sector público y para ello ha creado una cuenta acreedora -de deuda de la Feria respecto de la Generalitat- que solo se puede cancelar con la aportación de los bienes de titularidad municipal. Con ese trueque, Feria Valencia pasaría a formar parte del sector público y se solucionaría de una vez el problema de la deuda.
Lo que sucede es que el Ayuntamiento, por motivos contables y patrimoniales, no quiere ceder esas posesiones. Al menos, se resiste a la propuesta de Hacienda, que consiste en cederle a cambio uno de los edificios del complejo ferial. Cabe precisar al respecto que el consistorio en todo el proceso desde que se iniciaron las obras feriales a principios del nuevo siglo no ha hecho aportación alguna, que siempre ha reacaído en la Generalitat.
De momento, las conversaciones no han prosperado. El informe de auditoría de las cuentas de 2019, cuando la institución registró unas pérdidas de 2,21 millones que habrían sido beneficios de un millón si no hubiera sido por la carga de la cuenta acreedora, ya advertía del peligro que se cernía sobre la entidad pero indicaba que en ese momento los números rojos eran asumibles y expresaba su confianza en que un acuerdo entre Consell y Ayuntamiento resolvería la situación en breve.
No obstante, las administraciones, como ha quedado dicho, siguen sin llegar a un pacto y, ahora, el panorama es más que sombrío, porque el proceso de subrogación de la deuda concluye definitivamente a final de mes y las cargas en la cuenta acreedora de la Generalitat van a crecer de forma considerable, de tal forma que las pérdidas contables de Feria Valencia «serán insostenibles».
Cabe recordar que el pasado diciembre el 90 % de los bonistas de una emisión de 227,5 millones de euros que se utilizó para financiar las obras de ampliación feriales acordaron el traspaso de la deuda a la Generalitat. El 10 % restante de bonistas tenía de plazo hasta ayer para pronunciarse. Como nadie lo ha hecho, según fuentes de Hacienda, ya se pueden iniciar los trámites documentales para que la operación sea efectiva, seguramente a principios de febrero. Entonces, la Generalitat habrá asumido toda la deuda, pero el importe recaerá sobre las espaldas de Feria Valencia, que lo adeudará a la administración autonómica mientras esta no se quede con el patrimonio ferial que tiene el ayuntamiento e incluya a la firma en el sector público. Entonces se podría negociar el nuevo modeloferial. Si no se da esa circunstancia, solo queda la disolución.
Forinvest se celebrará de forma virtual
El conseller de Hacienda, Vicent Soler, anunció ayer que la XIV edición de Forinvest se celebrará la próxima primavera en un formato mayoritariamente virtual, atendiendo a la situación sanitaria actual de lucha contra la covid-19. En cualquier caso, el conseller señaló en que es posible que se mantenga «algún acto presencial de forma simbólica», si la evolución de la pandemia lo permite, y avanzó que la intención es que los premios de la próxima edición «reconozcan en especial a aquellos profesionales o empresas que hayan destacado por su apoyo a la sociedad en la lucha contra la pandemia».
