El Corte Inglés adelantó ayer a los sindicatos que el proceso de reorganización de la empresa con un plan voluntario de bajas que afectará a 3.000 trabajadores, más de un 4% de la plantilla, se realizará «con el máximo diálogo y buscando medidas «positivas» como las «buenas condiciones económicas». La compañía indicó que su «plan de reorganización futuro debe buscar la viabilidad de la compañía, su posicionamiento en un mercado cambiante, la reordenación del mundo del retail y su nueva dimensión tras el impacto de la venta ‘online’», informó la comisión sindical en un comunicado tras reunirse con la empresa.

La próxima semana se constituirá en acto formal la comisión negociadora y posteriormente esta comisión iniciará las negociaciones con la empresa para acompasar las medidas, haciéndolas «lo más atractivas posibles a la plantilla». Este momento de reorganización y ajuste de la plantilla viene tras el cierre del cntro de Linares y la reorganización de Guadalajarae.

Los sindicatos CC OO, Fasga, Fetico y UGT aseguran que buscarán unas condiciones de salida de plantilla por encima de limites legales y con posibilidades de adscripción voluntaria desde cualquier punto de España, de tal forma que ese ajuste de plantilla no se realice «de forma traumática sino armonizada con los intereses de las personas». Los sindicatos creen que el «talante de diálogo» mostrado por la empresa, así como el compromiso de voluntariedad facilitan una negociación en la que aspiran a firmar indemnizaciones por encima de lo legal (20 días por año trabajado), dentro de una horquilla de entre 25 y 40 días.

El plan voluntario de bajas diseñado por El Corte Inglés afectará a un máximo de 3.000 empleados, de los cuales 2.500 serán trabajadores de los centros comerciales y 500 pertenecientes a los servicios corporativos, lo que supone más de un 4 % de la plantilla, integrada por unos 63.000 trabajadores. De momento desde la dirección no quieren hablar de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y señalan que «no está establecida la fórmula jurídica en que se desarrollará el proceso».

La compañía ya se acogió en marzo de 2020 a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor para un total de 25.900 empleados, tras decretar el Gobierno el estado de alarma para frenar la expansión del coronavirus. Este ERTE afectó por tanto a casi el 29 % de la plantilla total del grupo, que asciende algo más de 90.000 empleados. Así, se vieron afectados 22.000 trabajadores de los grandes almacenes de El Corte Inglés, 2.000 empleados de la cadena de moda Sfera y 1.900 empleados de Viajes El Corte Inglés.

Tras decretarse el estado de alarma en España para frenar la expansión del coronavirus, el grupo se ha visto obligado a cerrar todos sus centros en España, dejando únicamente operativas todas sus áreas de alimentación y productos de primera necesidad. El Corte Inglés regresó al resultado bruto de explotación (Ebitda) positivo en el segundo trimestre de su ejercicio fiscal (entre el 1 de junio y el 31 de agosto), hasta situarse en 64 millones de euros gracias a la reapertura de tiendas y a la venta ‘online’, que registró un alza del 124% en este trimestre. La cifra de negocio consolidada durante este periodo se situó en 2.817 millones, con un beneficio bruto de 811 millones de euros.