El aval dado por la Comisión Europea, a través de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, al Puerto de València, que considera que el proyecto de ampliación norte del recinto del Grao cumple con la legislación medioambiental de la UE y que «no ha podido identificar ningún indicio de posible infracción de la legislación medioambiental de la UE», impulsará el proceso de adjudicación de la terminal de contenedores planificada por la multinacional TiL-MSC, cuya inversión público-privada ronda los 1.400 millones de euros.

Según destacó ayer la entidad presidida por Aurelio Martínez, la respuesta de esta institución europea se suma a los recientes reconocimientos de Puertos del Estado y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del «ajuste a la legalidad y rigor de los trabajos y proyectos en materia de infraestructuras y de la nueva terminal norte ». La APV celebra también que la resolución del organismo europeo concluye que «no puede dar más seguimiento a este caso», respondiendo así a una alegación realizada por un ciudadano particular sobre esta infraestructura, quien reclamaba una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) tras la ya aprobada en 2007.

Mientras tanto, la eurodiputada del PSPV-PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, a la sazón consejera de la APV, comentó ayer que el citado informe «despeja cualquier duda» sobre el proyecto.

Ribó, con los estibadores

Otros no piensan lo mismo. El alcalde de València, Joan Ribó, quien lleva tiempo insistiendo en la necesidad de que se tramite otra evaluación ambiental, restó importancia a la decisión del citado organismo de la UE y subrayó que «lo importante no es la DIA», sino los «problemas» de deterioro de las costas, la movilidad, los materiales para hacer la plataforma y los cambios paisajísticos, así como la destrucción de puestos de trabajo. Según el presidente del comité de empresa de CSP-Puerto de València (la que gestiona la naviera Cosco), Julián Pérez, la compañía perderá más del 50 % del tráfico de mercancías cuando se concentre el tráfico de MSC en una única terminal, que estará automatizada en algunos de sus procesos de gestión de carga y descarga de contenedores, lo que se traducirá en un centenar de empleos menos.

Con todo, la APV indica que la nueva infraestructura permitirá crear más de 17.000 empleos nuevos en el período 2022-2023 y alrededor de 15.000 entre 2024-2026. Y de manera indirecta se originarán más de 4.200 nuevos trabajos entre 2023 y 2025, según la dirección de Valenciaport.