Plysa, la empresa de extinción de incendios filial de la aerolínea valenciana Air Nostrum, cruza el charco. Según informó ayer la compañía, el Gobierno de Chile le ha adjudicado cuatro contratos para los próximos tres años con posibilidad de ampliar a un cuarto para las tareas de prevención y extinción de fuegos. Plysa no informó del montante económico de la adjudicación.
El período de actuación será de 120 días al año —entre noviembre y marzo— para cubrir el verano chileno y la empresa ya ha desplazado hasta el continente americano cinco aviones, ocho pilotos y ocho operarios, entre mecánicos y personal de tierra. La operativa de la compañía, añade el comunicado de Plysa, contempla la intervención de los cuatro aviones contratados por el Ministerio de Agricultura de Chile y dispone de un quinto de reserva para cubrir «eventuales incidencias técnicas».
La compañía tendrá como bases de operaciones los aeródromos de Victoria, en la localidad del mismo nombre; Independencia, en la ciudad de Rancagua; Coguil, en el pueblo homónimo, y El Boldo, en la villa de Cauquenes. De hecho, la semana pasada ya abrió las bases en los tres primeros aeródromos, y hoy lo hará en el de El Boldo. La declaración de varios pequeños incendios en los alrededores de Victoria obligó a intervenir a Plysa la semana pasada en lo que fueron sus primeros vuelos en el cielo chileno.
La filial de Air Nostrum entró en el sector de la extinción de fuegos hace apenas tres años y se ha ido abriendo un hueco gracias a los contratos firmados con la Xunta de Galicia y con el Ministerio de Transición Ecológica en España y con el Gobierno de Argelia. En la Comunitat Valenciana perdió el concurso contra las empresas condenadas en el conocido como caso del ‘cártel del fuego’, cuyos pliegos ha recurrido.
La firma, que ha concurrido en UTE con la firma local Air Andes Spa, destaca que su flota es la «más moderna del mercado» y que cuenta con características «fundamentales» en la lucha contra el fuego gracias a su sistema de repostaje en caliente.
