Sabadell, con un 4,15 %, ha sido el último en sumarse a una tendencia comercial en la que ya estaban CaixaBank (4,32 %), Santander (4,49 %) y Bankinter (4,09 %). No así, al menos de momento, el BBVA (3,05 %). En todos los casos, se trata del TAE que se aplica a aquellos clientes con nómina en el banco y que tienen contratados diversos productos de la entidad, como seguros. Si no cumplen estas condiciones, el coste se dispara, respectivamente, al 4,80 %, el 4,41 %, el 5,23 %, el 5,16 % y el 3,65 %. Las hipotecas variables, como ha quedado dicho, están por debajo en la mayoría de los casos: en el 4,03 % en el Sabadell, en el 3,85 % en el Santander o en el 3,79 % en Bankinter. En BBVA se hallan por encima: 3,97 %.
Subida de tipos
Cuando los tipos estaban en el cero por ciento y los márgenes por intereses estaban derrumbados, los bancos impulsaban a sus clientes a contratar hipotecas fijas con el reclamo de que se blindaban ante posibles subidas del precio del dinero con un interés más elevado que el variable -en torno al 2 %- pero permanente a lo largo de la vida del crédito. Ahora que el Banco Central Europeo (BCE) está subiendo los tipos (están ya en el 2 %) y todo indica que seguirá en la misma línea hasta contener la inflación, las variables son más rentables para los bancos. De ahí que premien este tipo de contratos y encarezcan los fijos, que en apenas diez han duplicado su coste.