El Consell vigila 32 explotaciones valencianas por la viruela ovina

El plan se centra específicamente sobre 21.000 ovejas y cabras que llegaron a la autonomía desde Castilla-La Mancha, epicentro de la enfermedad

Ovejas en un granja de Castelló en una imagen de archivo

Ovejas en un granja de Castelló en una imagen de archivo / Levante-EMV

Jordi Cuenca

Jordi Cuenca

La conselleria de Agricultura ha activado un plan de vigilancia sobre 32 explotaciones ganaderas de la Comunitat Valenciana para tratar de comprobar que la viruela ovina que se ha detectado en Castilla-La Mancha no se ha extendido al territorio autonómico, según informó ayer a este diario el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca del citado departamento de la Generalitat, Toni Quintana. El protocolo se puso en marcha a primera hora del miércoles de la semana pasada una vez que la tarde anterior el Ministerio de Agricultura informó a todas las autonomías de la magnitud del problema en la comunidad vecina.

Ese día 6.000 explotaciones de ovino y caprino de Cuenca, Ciudad Real, Toledo y Albacete, con unas 3,5 millones de cabezas, fueron inmovilizadas debido a dicha viruela, enfermedad altamente contagiosa y con una elevada mortalidad entre los animales pero que no se transmite al humano ni a la leche o al queso que producen. Quintana explicó que se analizó la trazabilidad de los animales y se detectó que 21.000 de ellos habían llegado a la Comunitat Valenciana en los últimos meses procedentes de Castilla-La Mancha. Es sobre esa población de ovejas y cabras, algunas para engorde y otras para cubrir demanda, sobre los que se ha estrechado la vigilancia. La cabaña ovino-caprina valenciana apenas llega a 350.000 cabezas.

La cabaña ovino-caprina valenciana apenas llega a 350.000 cabezas

El director general de Agricultura aseguó que los veterinarios de las explotaciones, los de las oficinas comarcales de la Generalitat y los de los mataderos están interconectados "y si hay alguna sospecha se hará la pertinente comprobación. Si se ratifica, la explotación quedaría inmovilizada y lo lógico es que luego se sacrificara a los animales de la misma para evitar la propagación" de una enfermedad que estaba erradicada en España, pero que ha vuelto con fuerza "como consecuencia de la globalización".

Análisis favorables

Los primeros análisis están siendo favorables, dado que de momento no se ha detectado ningún caso de la enfermedad, según Quintana. A este respecto, fuentes de Agricultura indicaron que la inmovilización de animales no se puede dar hasta que aparezca un positivo, pero la Generalitat ha llegado a un acuerdo con los ganaderos para que los animales solo vayan al matadero. El problema es que la viruela ovina es una enfermedad que tiene una sintomatología difícil de apreciar: se detecta por erupciones en la zonas calvas de la piel de ovejas y cabras, también por fiebre o porque dejan de comer.

Además, el laboratorio de referencia en España se encuentra en la localidad madrileña de Algete, que está "sobrepasado de faena", motivo por el que la Generalitat trabaja en un kit para hacer test rápidos que permitan descartar que un animal esté infectado.

Valencia y Alicante

De las 32 explotaciones afectadas, ocho de ellas concentran el 75 % de los animales llegados desde Castilla-La Mancha. Se trata de seis granjas de Valencia y de dos de Alicante. El restante 25 % está más diseminado, pero con Castelló muy poco afectada, no en vano es la única de las tres provincias que no linda con la vecina autonomía.

Los expertos, según informó Efe la semana pasada, se mostraron sorprendidos por cómo lo que comenzó siendo un foco de viruela ovina/caprina en Granada, que luego dio el salto a Cuenca, ha terminado por expandirse en la región castellano-manchega hasta llegar a inmovilizar al ganado tras 25 brotes y 38.000 animales sacrificados.

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