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Pescanova encara su venta con un déficit de 145 millones en inversiones

Las ventas consolidadas hasta el pasado 31 de marzo se quedaron por debajo nuevamente de los 1.000 millones de euros

Vista exterior de la sede de Nueva Pescanova en Chapela.

Vista exterior de la sede de Nueva Pescanova en Chapela. / Ricardo Grobas

Lara Graña

Nueva Pescanova ha trazado, desde su constitución –como heredera del negocio de la 'vieja Pescanova', en 2015–, dos planes estratégicos cuatrienales. El primero fue bautizado como 'Todos a una 2016-2020', con el que modernizó la imagen de marca, lanzó nuevos productos 'convenience' y 'ethical' (listos para comer y con trazabilidad), fijó cinco países prioritarios (luego añadió a Grecia, como sexto), reorganizó la gestión del grupo y se deshizo de filiales “no estratégicas”. Se descolgaron así factorías como la de rodaballo de Portugal, la ecuatoriana de piensos Balnova, las granjas brasileñas de tilapia y las hondureñas de langostino. Cumplió casi al completo su proyecto de renovación de flota –había encargado siete barcos y finalmente se quedó con seis–, pero se quedó muy lejos de sus objetivos económicos.

Si para 2019 preveía ingresos de 1.424 millones de euros, por ejemplo, y un Ebitda de otros 128 millones (es el beneficio bruto de explotación, calculado antes de deducir los gastos financieros), tuvo que conformarse cifras más modestas, de 929 y 50 millones, respectivamente. La losa concursal, sobre todo en forma de deuda, nunca permitió alivios en Chapela, a donde no llegaron las inversiones necesarias para modernizar fábricas o barcos, y que sí ejecutaron empresas de la competencia como Profand, Iberconsa o Pescapuerta.

Otros 138 millones se habrían destinado a inversiones para mantenimiento

Para el segundo plan estratégico, 'Rumbo al valor 2020-2024', la compañía puso cifra a ese déficit de inversiones: 285 millones de euros, al menos, de los que no ha habido noticias pasado el ecuador de ese periodo. De ese importe, 145 millones de euros se iban a destinar exclusivamente a Capex (capital 'expenditures', inversiones en activos productivos a largo plazo) y centrados en la flota, las plantas acuícolas y las fábricas de elaborados. Las partidas destinadas a mantenimiento sumarían otros 138 millones adicionales. Nueva Pescanova dispone de una flota de unos 60 buques, la mayor parte de los cuales rondan las tres décadas de media. De acuerdo a los registros facilitados por Buenos Aires, el pesquero 'Argenova XIV' todavía pertenece a la compañía gallega y se construyó en 1972; el 'Mar del Cabo', que opera en Namibia, se ensambló en la antigua Ascón (1966); el 'Río Solís III', que recuperó de Chile por cinco millones de dólares con el nombre de 'Ila', era de 1969. Lo mismo ha sucedido en el capítulo de resultados, ahora ya en la antesala de su venta al grupo canadiense Cooke.

De acuerdo a las proyecciones del plan 'Rumbo al valor', Nueva Pescanova estimaba ventas por 1.221 millones de euros para el ejercicio 2022, pero se quedó en los 1.087 (en el periodo fiscal abril 21-marzo 22). Según pudo saber Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica, las ventas consolidadas hasta el pasado 31 de marzo se quedaron por debajo nuevamente de los 1.000 millones de euros, ligeramente por encima de las anotadas por Grupo Profand, cuando había pronosticado rebasar los 1.250. En los parámetros de resultado neto y Ebitda, las cifras finales tampoco han sido satisfactorias para la compañía. Sí anunció inversiones en capacidad productiva en Perú y Canarias, con una planta de cría de pulpos que todavía es un proyecto. Abandonó un segmento en el que había depositado muchas esperanzas, con la elaboración de productos de sushi para Mercadona, y se desprendió de la histórica filial uruguaya Belnova.

En Chapela confían en que la nueva propiedad, además de sufragar la operación y asumir la deuda, se comprometa con proyectos en marcha de la compañía con la inyección de nuevo capital, aunque eso corresponderá ya al equipo que dirige Glenn Cooke.

Que las recientes operaciones que acaba de cerrar en Australia (Tassal) y Estados Unidos (Slade Gorton) comprometan de algún modo la disponibilidad financiera de Cooke Inc. es una 'equis' todavía a despejar. El máximo accionista de momento de Nueva Pescanova, Abanca, ha asegurado que permanecerá en el capital con un 20% de los títulos y que acompañará la futura singladura de un grupo que, en su último ejercicio en solitario, ha conseguido mantenerse –por muy poco– como mayor comercializador de España de productos pesqueros.

Cooke y Abanca arrancan las negociaciones por el precio tras haber concluido la 'due diligence'

Los trabajos de análisis en profundidad de las cuentas y activos de Nueva Pescanova ('due diligence') por parte de la canadiense Cooke han concluido ya. De forma satisfactoria, a juzgar por el hecho de que las conversaciones con Abanca continúan y se centran ya en determinar el precio de la operación. Cuando se anunció el acuerdo preliminar de venta entre ambas partes, fuentes del sector anticiparon que la compañía de New Brunswick abonaría unos 100 millones en efectivo y asumiría en torno a otros 700 millones de deuda. Pero será esa auditoría en detalle la que habrá de pulir las cantidades finales.

Aunque fuentes próximas a la entidad financiera y a la pesquera gallega habían presagiado que la operación se zanjaría a mediados de junio –el acuerdo inicial con la entidad financiera se anunció el 13 de abril, y el 'patrón' de Cooke, Glenn Cooke, preveía un nuevo viaje a Vigo–, no dará tiempo. “Como empresa familiar de productos pesqueros, tenemos mucho cuidado a la hora de garantizar que todos los aspectos del negocio se evalúan de manera plena”, apuntó en los últimos días un portavoz oficial de Cooke a este periódico. En la misma comunicación, incidían en que “las partes [en referencia a Abanca y Cooke] están trabajando juntas de manera responsable para garantizar que la 'due diligence' se elabora minuciosamente”.

Hay dos segmentos del negocio que no están claros para el grupo americano. El primero es el del vannamei, aunque las dudas las genera únicamente la filial Camanica (Nicaragua). El segundo grupo de activos sobre el que hay titubeos se corresponde con la actividad en África, donde el trabajo conjunto con los 'stakeholders' es determinante para asegurarse el éxito en el acceso a la materia prima.

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