Mercado Inmobiliario

Propietarios arriendan pisos por meses para eludir las obligaciones de la ley de vivienda

Los contratos por once mensualidades, los más habituales: el objetivo es no llegar al año y evitar renovar por “obligación” a los inquilinos

El temor a los impagos y la dificultad para los desahucios, principales motivos

Dos jóvenes pasan junto al escaparate con anuncios de pisos de una inmobiliaria de Vigo.

Dos jóvenes pasan junto al escaparate con anuncios de pisos de una inmobiliaria de Vigo. / JOSÉ LORES

Carlos Ponce

La nueva ley de la vivienda aprobada por el Gobierno este año ha generado un auténtico terremoto en el mercado inmobiliario vigués. Los propietarios están reaccionando ante la nueva legislación tomando medidas para evitar que le influya de la menor forma posible. Las promotoras están recibiendo en las últimas semanas las peticiones de muchos dueños de pisos de alquilar las viviendas de forma temporal, elaborando un contrato por un número determinado de meses, en muchos casos once. El motivo: evitar que el inquilino llegue al año y que se renueve automáticamente. Hay que recordar que en este caso el arrendatario tendría la palabra de seguir o no en el apartamento hasta cinco años por contrato.

“En estas circunstancias se pueden dar situaciones de impago y la nueva ley es muy restrictiva a la hora de desahuciar a personas que han dejado de pagar el alquiler. Por eso se está apostando cada vez más por elaborar contratos temporales, de unos meses”, explican desde una inmobiliaria viguesa que tiene varios pisos con esta modalidad contractual. Los arrendamientos por meses permiten eludir el futuro tope a la subida de las rentas y la protección a los morosos ante el desahucio, aunque por contra eliminan deducciones fiscales que favorecen a los arrendadores del mercado tradicional, teniendo que hacer frente a más impuestos.

La ley de vivienda del Gobierno, que entró en vigor el 26 de mayo, impone nuevos límites a la subida del precio del alquiler. La norma mantiene el límite del 2% para este año en la subida del alquiler y lo eleva hasta el 3% en 2024 para, antes del 31 de diciembre del próximo año, crear un nuevo índice de referencia aplicable al territorio al margen del IPC. Además, la nueva ley introduce una batería de medidas para dificultar los desahucios de personas en situación de vulnerabilidad económica.

“Todo esto viene por la nueva ley”, insisten desde las inmobiliarias que tienen en alquiler pisos en esta modalidad. Hay que apuntar además que el propietario que alquila su vivienda por un número determinado de meses (en el modo tradicional, no vacacional), solicita las mismas garantías que en los contratos normales, es decir, uno o dos meses de fianza, seguro de impago… Los inquilinos de este tipo de alquileres tienen menos protección. Por ejemplo, en el caso del alquiler de una habitación pueden ser desahuciados por la vía rápida. Además, los alquileres por temporadas o por habitaciones son más caros.

Hay que tener en cuenta que vivimos un mínimo histórico de viviendas disponibles para alquilar. Ayer, sin ir más lejos, había un total de 484 pisos en el mercado. La patronal inmobiliaria alude como el principal motivo para haber llegado a esta situación por el trasvase masivo de viviendas al mercado vacacional, donde los propietarios consiguen un beneficio mayor y además se ha quedado fuera de la nueva ley de vivienda, por lo que no se ve sujeta a las limitaciones del arrendamiento tradicional.

El problema precisamente es que, al haber tan pocos pisos disponibles en el mercado, los que hay vuelan en apenas unas horas. Los más demandados, los de una o dos habitaciones, apenas duran uno o dos días en el mercado. Anuncios de apartamentos que salen por la mañana, por la tarde ya no están porque ya se han alquilado.

Además de la falta de oferta, los propietarios están endureciendo los requisitos para la entrada en los pisos. No se están alquilando a personas que se consideran vulnerables, que son pensionistas o que cobran el SMI, por las dificultades que podría afrontar el dueño del inmueble en caso de tener que desahuciar al inquilino por impago. Y las personas con mascota lo siguen teniendo prácticamente imposible para conseguir una vivienda que autorice la entrada de perros o gatos. También los padres separados con hijos son otros de los perfiles rechazados por los propietarios a la hora de alquilar un piso.

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