Campaña consumista

Tibio arranque del Black Friday (en el reducto donde esta fiesta sigue siendo cosa de un 'friday')

Los descuentos son tímidos, se promocionan más dentro de los establecimientos que fuera y el que más se repite en las cadenas más populares es una rebaja del 30%

Una mujer observa zapatos en una tienda con una promoción del 20% de descuento la tarde antes del Black Friday oficial

Una mujer observa zapatos en una tienda con una promoción del 20% de descuento la tarde antes del Black Friday oficial / FERRAN NADEU

Paula Clemente

Ya se sabe. O ya se dice. Y mucho. El Black Friday tiene poco de 'friday'. Todo el que esté suscrito a algún comercio 'online' es consciente de que las promociones y descuentos empiezan a chispear a principios de noviembre y que lo que, en todo caso, hace esta lluvia, es ir arreciando a medida que se acerca el viernes que hace de núcleo de la campaña. Este año, como muchos antes, se han apuntado a esta dinámica desde hoteles y aerolíneas, hasta supermercadoscentros académicos o empresas de alquiler de vehículos. Sin embargo, hay un reducto que escapa del influjo de la Black Week o incluso Black Month. En las principales calles comerciales de España, el Black Friday sigue siendo cosa de un viernes (y su consiguiente fin de semana), uno que, contra todo pronóstico, ha empezado más bien tibio.

Los descuentos son tímidos, se promocionan más dentro de los establecimientos que fuera y el que más se repite en las cadenas más populares (ZaraBershka, Stradivarius, Pull&Bear) es una rebaja del 30% o del 40%. Solo llega al 50% en casos puntuales. En uno de ellos, Nude Project  –marca de moda entre los más jóvenes–, esta propuesta genera colas en la puerta. La que también arrasa es Kiko, comercio de venta de artículos de maquillaje. “Si coges tres, te regalamos tres”, repite, incansable, una alegre dependienta a todo el que entra a su tienda, un local visiblemente al borde de sus capacidades. “Ya lo sé, por eso vengo”, responde una sofocada clienta que lleva varios minutos intentando entrar.

Quizás es esa información previa a través de internet la que explica la diferencia entre el aforo de una y otras tiendas. Algo tendrá que ver, puesto que, pese a estar en terreno físico, aquí el público más dominante es aquel en edad de estar plenamente digitalizado. “Te lo tengo dicho, hay que reservar las cosas primero 'online'”, alecciona una chica a su compañera de compras, que lamenta no encontrar una prenda de su talla. “Me la pillaré cuando llegue a casa, porque, total, la promoción también estará...”, cuenta por nota de voz otra clienta a su madre. 

Luces de Navidad

Otra pareja, esta más en la treintena, se dispone a entrar a Media Markt a comprar una tostadora. Él ya adquirió ayer un portátil por internet; ella ha aprovechado la visita al centro para estudiar el terreno y se ha acabado comprando los zapatos que llevará el día de su boda. Y, ahora, es el turno de la tostadora. ¿Por qué no la han comprado 'online'? “A mí me gusta ver y tocar las cosas antes de comprarlas", responde ella. "Bueno, y que así ya montábamos todo un plan", completa él.

Uno de los muchos comerciantes defensores de la iluminación navideña estaría contento con esta respuesta: nadie lo ha estudiado firmemente, pero se da por hecho que las luces de Navidad estimulan las compras o, por lo menos, dan una excusa a la gente para visitar el centro de la ciudad en vez de comprar por internet, que eso siempre favorece el consumo espontáneo.

La verdad es que a la hora que se enciende la recién estrenada decoración lumínica, el público ha crecido bastante. También el número de teléfonos móviles que apuntan hacia ella. Sin embargo, las bolsas siguen siendo más bien pocas y la multitud dentro de las tiendas, más que gestionable. Aún es pronto para llegar a conclusiones: queda el sábado, el domingo y, en realidad, buena parte de la tarde del viernes, pero aun con el cielo ya oscuro y las luces brillando a toda potencia, el panorama no ha cambiado sustancialmente respecto a dos horas antes. Tampoco en Kiko, todavía desbordada. Quizás ahí sí que hay una primera pequeña conclusión: 6x3 tira más que -30%.