Entrevista

Marta Iranzo: "La mujer debe estar en el diseño de la IA para que haya diversidad"

Iranzo afirma que la forma de combatir los micromachismos pasa por «ser conscientes de ellos» para cambiarlos y apuesta por incorporar más al hombre como aliado en la lucha por la igualdad

Marta Iranzo.

Marta Iranzo.

Aficionada al deporte, a la salsa y la bachata, Marta Iranzo (València, 1974) ha cogido esta semana el testigo de Eva Blasco como presidenta de las empresarias valencianas en EVAP. Consejera delegada de Nexia y con 20 años de trayectoria empresarial, en su mandato espera seguir la línea de su predecesora y batallar por, entre otros, retos sociales hacia la igualdad real, lograr mayor presencia de mujeres en carreras de futuro o su participación en todo lo relacionado con la Inteligencia Artificial.

Sustituye al frente a de las empresarias valencianas a Eva Blasco tras dos legislaturas. ¿Qué herencia le deja su gestión?

Ha hecho una labor impecable estos siete años y todo lo que vamos a construir esta nueva junta lo haremos sobre lo que ella y las anteriores juntas directivas han creado. Eva Blasco, a nivel de visibilidad de nuestra asociación, mejor no lo podría haber hecho y ha dejado una entidad fuerte a nivel de masa asociativa, con 450 asociadas que es un número muy importante. Esperamos estar a la altura del trabajo que ha hecho.

¿Dónde se marca sus objetivos al frente de EVAP?

Heredamos retos históricos como el de trabajar para aumentar la representación de la mujer en los consejos de administración. Pero la sociedad avanza y los retos también son diferentes. Tenemos dos temas muy importantes. Por un lado hay una falsa percepción muchas veces de haber alcanzado ya el éxito. A veces me han comentado que prácticamente ya hemos conseguido la igualdad. Y nada más lejos, tenemos que estar alerta porque se pueden dar incluso retrocesos.

¿En qué horizontes?

Por ejemplo, en los últimos años han bajado las mujeres estudiantes en las carreras STEM (las ligadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, por sus siglas en inglés). Hay que analizar qué esta pasando y porque bajan esos números. EVAP quiere que esas mujeres jóvenes lleguen a esos puestos, que tradicionalmente han sido ocupados por hombres. Y no lo podemos hacer solas. Vamos a asociarnos con otras asociaciones para poder remar juntos. Y luego, hay otro reto que es el nuevo escenario que plantea la Inteligencia Artificial. Las mujeres no hemos sido visibles a lo largo de la historia y no hay datos sobre nosotras. La IA generativa se basa en datos existentes, por lo tanto esa nueva realidad que crea la inteligencia artificial está sesgada. Por eso las mujeres tenemos que estar en el diseño de la IA, para que haya diversidad.

Aún así, uno de los principales retos es histórico y sigue estando en ver a mujeres en los altos puestos directivos. ¿Ve posible la paridad completa pronto?

A corto plazo lo veo muy complejo. Por eso desde EVAP apoyamos que haya cuotas para alcanzar ese objetivo del 50%-50%, esa paridad. Aunque las cuotas están pensadas para que un día no hagan falta.

Pero, más allá de cuotas, si uno ve el ecosistema emprendedor el número de mujeres baja todavía más. ¿A qué se debe?

Institucionalmente y legislativamente se ha avanzado mucho, con nuevas leyes y fórmulas para minimizar estas diferencias, pero también hay temas culturales que evolucionan más lento. Todavía tenemos mucho que trabajar. Faltan muchos referentes para la gente joven, donde vean que hay mujeres con alta representatividad, exitosas y emprendedoras que alcanzan retos que para ellas pueden ser impensables. Para las mujeres es muy importante que haya referentes y eso es otro objetivo de EVAP, dar visibilidad para que las nuevas generaciones se vean reflejadas en ellas.

Pero aunque la igualdad poco a poco va calando, siguen habiendo micromachismos y sesgos de género. ¿Cómo se puede luchar con ideas que están casi en el subconsciente?

Se combaten siendo siempre conscientes de ellos. Muchas veces los hemos normalizado. Pero cuando empiezas a ponerlos encima de la mesa, los hablas, los visibilizas, es cuando ves que hay sesgos. Por eso el lenguaje es tan importante porque el pensamiento crea realidades. A veces a las mujeres se nos dice que hilamos fino, pero es que hay que ser conscientes de esos micromachismos y, sino lo somos, nunca vamos a poder cambiarlos.

¿Las nuevas generaciones cree que pueden revertirlos?

Tengo dudas. Porque por un lado he podido observar que la gente más joven puede pensar que ya está todo hecho. Pero solo cuando entras en el mercado laboral es cuando te das cuentas que están esas diferencias, de cómo cambia la carrera de ellos y de ellas y de que esa igualdad no es tal. La gente más mayor, como hemos vivido tanto y hemos sido conscientes de esas dificultades, sí que somos más conscientes y trabajamos para cambiarlo. Cada uno tiene un papel y a cada edad se vive la igualdad de forma diferente. Lo importante es que una asociación como EVAP esté vigilante y tanto a la gente más joven como a la más mayor se les transmita que hay que trabajar mucho aún.

Habla de papeles. ¿Cuál debe ser el del hombre?

Nosotras solas no podemos y la igualdad no es ni en beneficio de la mujer ni las únicas que ganamos somos nosotras. Esto es un problema social, que todos y todas ganamos si lo conseguimos. Hay una apuesta muy firme para que vosotros os incorporéis y trabajéis por este propósito. En EVAP está la figura del ‘friend’ (amigo). Esta ha estado casi desde su fundación, pero quizás culturalmente hombres y mujeres no estábamos aún suficientemente maduros como para que vosotros os unierais. Ha llegado el momento de impulsar esa figura.

Es la consejera delegada de una firma. Durante su carrera, ¿ha visto como sus opiniones eran menos escuchadas que las de sus compañeros hombres?

Lamentablemente, de forma más o menos consciente, todas las mujeres hemos sufrido discriminación laboral. A veces son tan sutiles que no nos damos cuenta ni siquiera en ese momento y después con la distancia o al compararlo con otras situaciones pasas a ser consciente. Además, debemos luchar con el ‘Síndrome de la Impostora’. Yo reconozco que lo he sufrido pero ahora ya lo tengo bajo control, pero cuando era más joven hubiera limitado mi carrera si no fuera porque mi entorno a veces ha creído más en mi que yo misma. Ahora lo utilizo para exigirme más, estar continuamente aprendiendo e intentar ser mejor.