Mercado de trabajo

¿Cómo será la reducción de jornada laboral? 5 fórmulas que ya aplican las empresas

El 55% de los asalariados cubiertos hoy por un convenio colectivo operan bajo semanas laborales máximas que exceden las 38,5 horas, según los datos recopilados por el Ministerio de Trabajo

El pluriempleo no sólo es algo positivo económicamente para el trabajador, si no que da la posibilidad de crecer laboralmente y ampliar conocimientos.

El pluriempleo no sólo es algo positivo económicamente para el trabajador, si no que da la posibilidad de crecer laboralmente y ampliar conocimientos. / ALEX KOTLIARSKYL

Gabriel Ubieto

El Gobierno empieza a negociar este jueves cómo cambiar una materia sobre la que desde 1983 que no interviene: la jornada laboral máxima. El Ministerio de Trabajo ha citado a patronal y sindicatos para abordar la manera mediante la cual pasar del actual tope de 40 horas semanales a 38,5 horas. Un camino que otros países europeos hace tiempo que han transitado y que tampoco es nuevo en España, ya que en algunos sectores de la economía hace tiempo que los agentes sociales han consensuado jornadas más reducidas.

Salir un poco antes cada día del trabajo, concentrar toda esa reducción en el último día de la semana, generar bolsas de horas para recortar cada cierto tiempo las semanas laborales, conceder más días de vacaciones en verano o permisos a lo largo del año son algunas de las fórmulas de las que ya gozan parte de los asalariados españoles. 

La incidencia de un cambio de estas características no será menor. El 55% de los asalariados cubiertos hoy por un convenio colectivo operan bajo semanas laborales máximas que exceden las 38,5 horas, según los datos recopilados por el Ministerio de Trabajo. La dimensión coge todavía más magnitud cuando, en 2025, el objetivo sea llegar a las 37,5 horas semanales. Allí el 90% de los asalariados se verá afectado, según los mismos datos de Trabajo.

La amplia incidencia necesitará, según los distintos actores consultados para este reportaje, un amplio abanico de respuestas. “Debemos tener presente que cada sector, ocupación y profesión se organiza en muchos sentidos de manera diversa. Incluso dentro de la misma empresa, donde los horarios pueden ser y son, de hecho, distintos. No es lo mismo la atención al público, por ejemplo, que alguien que esté en servicios administrativos. No puede haber una formula impuesta”, apunta la profesora del departamento de dirección de personas y organización de Esade, Conxita Folguera.

Las recetas pueden ser diferentes, pero los beneficios de reducir la jornada, a tenor de otras experiencias en economías similares a la española, están claros, según explica la especialista en negociación colectiva y profesora de economía y empresa de la UB Patricia Elgoibar. "Trabajar menos horas mejora el rendimiento, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y reduce el estrés y el riesgo de ‘burnout’. Pero también es positivo para las empresas, ya que reduce el absentismo y mejora la capacidad de retener talento, lo que redunda en menos costes", afirma. 

Sobre lo segundo "falta algo de pedagogía", reconoce, pero vale la pena, ya que los beneficios en países como SueciaReino Unido Alemania, donde la negociación sectorial hace años que ha desplegados reducciones por debajo de las 40 horas, lo demuestra. "Más allá de la decisión política, hay evidencias científicas que nos demuestran que es posible y positivo", concluye.  

Salir cada día antes del trabajo

La fórmula más directa de aplicar una reducción de jornada es restar de cada uno de los días laborables unos minutos de jornada. Ya sea para salir antes o para entrar un poco más tarde. Algo que ya hacen algunas empresas y lo han conseguido sin grandes reestructuraciones, sino mediante la supresión de tradiciones que no siempre contribuyen a la productividad, como largas paradas para comer o descansos no pactados ni autorizados, como la clásica pausa del cigarrillo u organizar una tertulia entorno a la máquina del café, según apunta el director de relaciones laborales de Foment del Treball, Javier Ibars

"No estamos en contra de una reducción de jornada, sino que esta sea de forma unilateral y generalizada", apunta el dirigente patronal. El enfado de los representantes empresariales con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, es notable y desde hace días que ella y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, intercambian dardos en público. "Si vas a una mesa donde ya está marcado el resultado ¿dónde está el diálogo social? Es como si vas al campo de fútbol y ya te dicen cuál es el final", fue el último que le dedicó el vasco a la gallega. 

Los expertos consultados apuntan, y los propios sindicatos lo reconocen, que la reducción de jornada será mucho más efectiva y fácil de aplicar si el acuerdo para ella es tripartito, en vez de contar con la oposición de las empresas. 

Salir los viernes antes

Los viernes a algunas oficinas, especialmente tras la pandemia, solo les falta una bola de heno cruzando entre los cubículos de lo vacías. En parte por el teletrabajo, en parte porque muchas empresas ya aplican horarios compactados que permiten a los empleados hacer alguna hora menos y salir a la hora de comer. Una fórmula que tiene mayor encaje en profesiones liberales, como despachos de arquitectos o de abogados, que no entre comerciantes que trabajan de cara al público o empleados de fábrica que operan a turnos y deben optimizar los ritmos de la maquinaria. 

"La cuestión principal es que se acabe aplicando la reducción de jornada y que la gente la pueda disfrutar. Desgraciadamente en muchas empresas no se están cumpliendo las 40 horas semanales, aquí la normativa del registro de jornada es clave y disponer de más inspectores de Trabajo”, apunta  la secretaria de política sindical de la UGT de Cataluña, Núria Gilgado.

Hacer semanas más cortas cada cierto tiempo

Una opción más propia de trabajos en cadena y que ya aplican muchas fábricas son las bolsas de horas. En la industria muchas empresas trabajan según el ritmo de la maquinaria y la llegada de pedidos, además de teniendo en cuenta los costes de encender y apagar las líneas de montaje. Lo que provoca que, en ocasiones, salga más a cuenta trabajar nueve horas un mismo día, acumular una bolsa de horas y más adelante hacer semanas de cuatro días o menos. 

Bajo esta fórmula es especialmente relevante la distribución a tiempo de los calendarios laborales, para así no enturbiar la conciliación laboral con semanas laborales muy diferentes y turnos rotatorios. También influye la prevención de riesgos, ya que jornadas diarias muy alargadas pueden ser peligrosas para la salud y hacer más probables los accidentes, por mucho que luego se descanse más tiempo. La secretaria de acción sindical de CCOO de Cataluña, Cristina Torre, recuerda que actualmente la jornada diaria máxima es de 9 horas, a menos que se pacte otra cosa por convenio, y que siempre se debe respetar las 12 horas de descanso entre una jornada y la siguiente.

Más días de vacaciones

Actualmente la mayoría de convenios colectivos estipula la jornada laboral ordinaria en un sector anualmente. Es decir, no se fija tanto si serán 40 horas a la semana o 38 horas, sino si serán 1.750 o 1.720 horas al año. Ello permite a las compañías redistribuir los tiempos de trabajo, especialmente en aquellas actividades más fluctuantes y con alto peso estacional. Por ejemplo, la construcción, que por temas climatológicos y de luz horaria no puede hacer las mismas horas en verano que en invierno

Siguiendo con el ejemplo de la construcción, en la provincia de Barcelona la reducción a 38,5 horas semanales podría no tener incidencia, ya que el cómputo de horas al año ya es inferior a esa proporción. No obstante, seguro que la tendría cuando se baje a 37,5 horas, ya que ahí sí que anualmente la proporción actual estipulada en el convenio quedaría por encima. Una opción que actividades de este tipo dan a sus empleados para reducir la jornada son más días de vacaciones (pagadas), especialmente en aquellos periodos donde no se puede trabajar.  

Más días de permiso retribuido

Otra opción en vez de dar más días de vacaciones a gastar en fechas señaladas puede ser dar días de permisos retribuidos a gastar cuando el empleado convenga. El sector del metal de Barcelona, por ejemplo, pactó en su último convenio introducir un permiso retribuido de libre disposición de 12 horas al año, a escoger por el beneficiario y sin necesidad de justificar. 

Aunque no solo la mera jornada máxima influye en esa conciliación, sino también la distribución de la misma. Por ejemplo, en las grandes marcas del textil o de supermercados es habitual que muchos trabajadoras (ya que la mayoría son mujeres) hagan menos de 40 horas a la semana, pero trabajen seis de los siete días. Lo que supone un claro obstáculo a la conciliación.

Y es que la filosofía que viste la reducción de la jornada es mejorar el equilibrio entre la vida personal y profesional de los trabajadores. Ya que la literatura académica sobre el tema coincide en que a menor tiempo dedicado al trabajo, más tiempo le dedican los ocupados a sus familiares o sus aficiones, lo que redunda en más felicidad y mejor salud mental. Esta fue una de las conclusiones destacadas, por ejemplo, de los pilotos alrededor del mundo de la semana laboral de cuatro días.

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