TURISMO

El récord de turistas y de gasto en Semana Santa anticipan un verano histórico para las hoteleras

El turismo saborea el ‘efecto brindis’ que vive la industria tras la pandemia de coronavirus, pero con un ojo puesto en los retos del futuro para evitar morir de éxito

Archivo - Turistas en Puerto de la Cruz

Archivo - Turistas en Puerto de la Cruz / CEDIDA - Archivo

El turismo vive una de las mejores rachas de su historia. El principal motor económico de España, con el 12,8% del PIB, según datos del lobi Exceltur, saborea las mieles del éxito tras la pandemia de covid, con un récord de 85 millones de visitantes extranjeros y 108.662 millones de euros de gasto en 2023, cifras que se pretenden superar este año. En vísperas de las vacaciones de Semana Santa, el sector está eufórico y mira con optimismo hacia una temporada de verano que espera que sea la mejor de su historia, pero con un ojo puesto en el futuro para intentar no morir de éxito.

Las compañías aéreas se han preparado a fondo para una temporada estival que arrancará el domingo 31 de marzo y se prolongará hasta el sábado 26 de octubre. En ese periodo, en la red de aeropuertos de Aena se han programado 243 millones de asientos (salidas y llegadas) y cerca de 1,4 millones de operaciones comerciales (aterrizajes y despegues). Esto es, el 7,9% y el 7,7% de las operaciones que había previstas en el mismo periodo de 2023 y dos dígitos más que en 2019. En línea con estas previsiones está Iberia, la compañía de bandera en España, que desplegará el 32% más de capacidad que en 2019.

Y la sensación del sector hotelero es la misma. "2024 ha empezado tan bien como terminó el 2023", confirma Simon Pedro Barceló, copresidente del Grupo Barceló, la segunda cadena hotelera más grande de España, después de Meliá, durante la jornada Perspectivas del sector hotelero español. De los hoteles urbanos a la expansión internacional, organizada por el grupo Prensa Ibérica, ‘activos’ y El Periódico de España, y patrocinada por Grupo Barceló y por PwC.

El primer mes de este año dio muestras de ese efecto brindis en el que se encuentra instalado el turismo, al posicionarse como el mejor enero desde que hay registros en llegadas de turistas internacionales y gasto, con 4,77 millones de turistas y 6.500 millones de euros, respectivamente. 

Meses de récord

A falta de saber qué ocurrirá en febrero, marzo y abril también se asoman al récord, con 14 millones de visitantes y 19.000 millones de gasto, por encima de las cifras de hace un año, según las estimaciones de la secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo. "Es un año fantástico que nos ha sorprendido a todos tras la pandemia", reconoce el consejero delegado de Ilunion Hotels, José Ángel Preciados. El presidente de la cadena vinculada al grupo ONCE propone "hacer un ejercicio de autocrítica" cara al futuro "sobre qué significa la marca España". "Hay muchos más mensajes como marca España que sentirnos orgullosos por un número concreto [de visitantes]", añade.

Otra manera de medir el éxito podrían ser los precios, que han subido en el sector, aupados por la inflación y la vigorosidad de la demanda tras el coronavirus. "Tenemos lo que nos merecemos. Seremos más caros o más baratos en función de la percepción del cliente", reconoce la presidenta del grupo canario Fedola, Victoria López. En este sentido, el presidente del fondo GMA, Víctor Martí, pide "tener cuidado con la euforia" porque un mal cálculo se puede volver en contra. "El cliente es más sensible al precio y tenemos que estar atentos al momento en que mercados competidores como Turquía vuelvan a estar a pleno rendimiento", alerta Martí. Se trata de no tropezar con la misma piedra que en el pasado. En 2018, España vivió un descenso de las visitas de extranjeros y de los viajes interiores por la recuperación de países mediterráneos como Turquía y Egipto, con precios más baratos y que habían perdido cuota de mercado en años anteriores por su inestabilidad geopolítica.

El presidente de Palladium, Abel Matutes, también cree que 2024 "será mejor que 2023", pero sobre 2025 no las tiene todas consigo: "Veremos. Empiezo a notar un poco menos de alegría en los mercados emisores en cuanto a las reservas de la que había en meses anteriores". La alarma ha saltado en el séptimo grupo hotelero español por "un menor ritmo" de reservas, sobre todo de ciudadanos norteamericanos, lo que se podría justificar por "el año electoral".

Sequía y falta de personal

La industria quiere disfrutar del momento y eso pasa por evitar cualquier contratiempo que pueda aguarle la fiesta, como la sequía y la falta de personal. En el primer caso, el problema está localizado en Andalucía y Catalunya. Esta última es la principal potencia turística del país, con la llegada de uno de cada cuatro turistas extranjeros, pero la emergencia por sequía impide llenar las piscinas de la región. La solución de los empresarios de algunas zonas, como Lloret de Mar, implica comprar desalinizadoras para evitar que los turistas se encuentren las piletas vacías en sus visitas.

"Cada municipio lo hace a su manera. En Lloret fue una iniciativa del gremio de hoteleros con el ayuntamiento, que ha comprado la desalinizadora. Pero lo que tenemos que asegurar es que las piscinas de los hoteles tengan agua este verano", recalca el consejero delegado del grupo Aqua Hotel Group, Benet Ferrer. 

Otro problema es el empleo. Los afiliados a la Seguridad Social vinculados a actividades turísticas alcanzaron en febrero los 2,6 millones, lo que supone el 4,9% más que el año pasado, pero el sector coincide en que desde la pandemia falta personal. "Nos está costando mucho", reconoce la directora general del grupo catalán Atiram, María Gaspart.

No se olvidan tampoco de las viviendas de uso turístico, que compiten con los establecimientos a la hora de captar turistas. En Canarias, por ejemplo, este tipo de arrendamientos temporales ascienden a 195.000 pisos, según la presidenta del grupo isleño Fedola. Para entender la magnitud, el número de habitaciones en este archipiélago es de 114.105 y las plazas suman 263.882, según las estimaciones de este enero del Instituto Nacional de Estadística (INE). "Estamos luchando con el Gobierno de Canarias por limitarlas porque dan muy mala imagen", subraya López.

Toda la industria turística reclama una regulación más estricta, pero Gaspart, directora general del grupo Atiram, propone también hacer autocrítica y "convencer al cliente de que dormir en el hotel es mejor que hacerlo en un piso turístico". "Hay que regular, cierto, pero también tenemos que ser capaces de explicar al cliente que nuestro producto es mejor", coincide la presidenta de Paradores, Raquel Sánchez.

Más oferta y todo el año

A largo plazo, el reto está desestacionalizar la demanda y diversificar la oferta. "España es mucho más que sol y playa, tenemos que ser capaces de generar otros destinos turísticos", reconoce la presidenta de Paradores, que en la anterior legislatura fue ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. La empresa pública prevé alcanzar el año que viene los 100 establecimientos abiertos, muchos de ellos ubicados en pequeñas localidades del interior del país. "El turismo transformó las ciudades, pero queda la España despoblada", coincide Amancio López, presidente del grupo Hotusa. 

Puede que los turistas hayan empezado ya a cambiar su comportamiento, según el socio responsable de Turismo, Transporte y Logística en PwC España, José Manuel Fernández Terán, que lo atribuye a que en 2023 "hubo más turistas que los contabilizados en 2019, pero no más camas". Puede haber sido el comienzo de la desestacionalización en España. 

Pero el desafío de las empresas también pasa por diversificar sus ofertas. Un ejemplo es el grupo Fedola en Canarias, que ha creado un hotel familiar dirigido a adolescentes. "Adaptamos la oferta al día y a la noche. Nos encargamos de los niños, tenemos salas de simulación de Fórmula 1, piscinas para hacer surf, casas en los árboles, discoteca sin padres mirando… Eso es diversificarse porque habrá otro hotel que tenga cinco restaurantes de lujo", subraya Victoria López.