Entrevista

Amaya Fernández: "Falta una generación o dos para que las mujeres tengan las mismas oportunidades"

Fernández considera que la igualdad en el mundo empresarial «es una labor de tres: de los hombres, de las mujeres» y de las mercantiles

Amaya Fernández, el 
pasado miércoles, en las 
instalacioines del diario
. fernando bustamante

Amaya Fernández, el pasado miércoles, en las instalacioines del diario . fernando bustamante / jordi cuenca. valència

Amaya Fernández de Uzquiano es valenciana de adopción. Como se deduce de su nombre y apellidos, nació en San Sebastián hace 48 años. Llegó a València con 16 años. Su padre era directivo de una multinacional «y surgió la posibilidad de montar una empresa de distribución» que luego sería Irisem. A mediados de los noventa del siglo pasado, con ETA muy activa, el País Vasco no era un lugar propicio para los empresarios y la familia optó por València.

Siguiendo los pasos paternos, estudió ADE (administración de empresas). Hizo un master y luego conoció a su marido, Paco Gavilán, presidente de la tecnológica Nunsys, con el que tiene cinco hijos. Una prole que, junto a la dirección de su empresa, le resta mucho tiempo para desarrollar sus hobbys: «Me gusta mucho quedar con amigos los fines de semana, hacer yoga y algo de gimnasia, pero poco más, porque antes hacía golf o hacía pádel, pero desde que llegó el quinto...».

Irisem es una comercializadora de todo tipo de colorantes y pigmentos para la industria. ¿Cómo va la producción propia?

Hemos crecido hacia producción. Lo que vendemos son pigmentos, aditivos y colorantes, pero también tenemos una línea masterbatch, que son unas bolitas o compuestos de pigmentos esenciales para impartir las características deseadas a los plásticos.

¿Tipo pellets?

Eso es, sí. Ahí evolucionamos y utilizamos nuestros propios pigmentos. Y luego también hemos crecido en la parte del reciclado, que también está muy de moda. Ahora reciclamos producto preindustrial de mermas de clientes, las trituramos y las volvemos a transformar en pellets.

¿Cómo de sostenible es una empresa del sector químico?

La química es lo más sostenible que hay. De hecho, no habría sostenibilidad si no hubiese química. El sector químico trabaja en la sostenibilidad, en productos sostenibles y en productos que mejoren invirtiendo en innovación. De hecho, creo que será el sector que más invierte en innovación desde hace muchos años, con lo cual es de los sectores que más se esfuerzan en ser sostenibles y con sus productos ayuda a que otros sectores sean sostenibles. Por ejemplo, muchos de los aditivos que vendemos son para mejorar los procesos industriales, para tener que utilizar menos plástico o menos pintura, para que la pintura sea mejor. En países africanos además sirve como fungicida.

¿Qué previsiones tiene Irisem de facturación y plantilla?

Somos un grupo, con varias firmas de distribución y la fábrica, que factura 8 millones. La firma principal, Irisem, alcanza los seis y medio. Somos 28 personas.Yo cogí la dirección en 2017 y hemos duplicado ventas. La cogí con 3 millones y facturamos más de seis. La idea es seguir así.

¿Cuáles son los proyectos que valora la empresa para los próximos años?

Estamos creciendo. En España estamos contratando más comerciales, afianzando la parte de producción y creciendo en la parte de gestor de residuos y reciclado.

¿Y de cara al exterior?

Tenemos ciertos clientes en Francia y en Portugal. En Argelia teníamos muy buen mercado pero ahora está la cosa como está [tras al cambio de posición de España sobre el Sáhara]. Pero en este 2024 y en la mitad de 2025, el propósito es centrarnos en crecer en España.

¿Entre su clientela se encuentran empresas de una gran variedad de sectores, desde las pinturas y barnices al plástico, el curtido, el papel, el textil o la agricultura. Ese contacto les supondrá conocer bien cómo está la industria valenciana. ¿Cómo la ve?

Llevamos los últimos años creciendo a dos dígitos, con lo cual veo que la industria va bien. Estamos todos como con miedo porque llevan tiempo hablando de que va a haber crisis, pero yo creo que la economía y los sectores productivos en general van bien.

Volvamos a la sostenibilidad y la innovación. ¿Qué hace Irisem en ese campo?

Formo parte de los consejos rectores de los institutos tecnológicos Aimplas, que es el del plástico, y de Itene, que es de envase, embalaje y transporte, y lo hago para poder aportar lo que pueda y estar al día en innovación. Trabajamos en mejorar productos, en quitar cada vez más componentes que se vea que para el medio ambiente no son sostenibles o no son los más adecuados. Es una innovación continua.

¿Esa innovación la realiza Irisem ‘motu proprio’ o son los clientes los que se la exigen?

Vendemos a empresas muy grandes. En el sector químico hay mucha multinacional, con lo cual competimos con grandes multinacionales. Entonces, tenemos que estar al día porque, si no, no podríamos competir en este mercado. Y a la vez los clientes no paran de innovar y de pedirnos cosas nuevas. Y las normativas que no paran de salir y que nos obligan a innovar y evolucionar.

Primero la covid, luego la crisis energética tras la invasión rusa de Ucrania, guerra en Gaza… Y sin embargo la economía española va bien: crece el PIB, baja el desempleo, se genera trabajo. ¿A qué lo achaca?

No lo sé. Parece que hay miedo, pero la gente sigue tirando. El sector sigue tirando. Supongo que por las inyecciones de dinero que ha habido durante la covid. Los fondos Next Generation que tienen que venir ahora. Veremos cuando tengamos que pagar toda la deuda, pero ahora el consumidor sigue consumiendo y la industria sigue tirando.

Irisem es una empresa familiar todavía joven, porque tiene tres décadas de vida. ¿Supone ese hecho un cambio respecto a firmas con más años a sus espaldas?

No considero a la empresa tan joven. La veo bastante afianzada. Creo que, más que en la juventud, nuestra distinción, igual en el sector químico, es el tamaño. Competimos con empresas muy grandes y nos diferenciamos por ser más ágiles y flexibles. Sí que es verdad que en nuestra plantilla yo seré de las mayores, con lo cual es una plantilla bastante joven y eso da un dinamismo distinto frente a empresas más antiguas o con más generaciones.

¿Cómo va la igualdad en su empresa?

Somos un 40% de mujeres y un 60 % de hombres. Es verdad que en la parte comercial es más difícil encontrar mujeres, porque es una labor más de viajar, más de moverse y de horas más intempestivas, porque hay clientes que trabajan hasta las ocho de la tarde.Entonces, igual a las mujeres les interesa menos y se postulan menos para comercial.

¿Por el hecho atávico de cuidar de los hijos?

Puede ser.

Las mujeres se van abriendo paso en el mundo de la empresa, pero todavía están muy lejos de los niveles de igualdad con los hombres. ¿Qué hay que hacer?

Esto es una labor de tres, de los hombres, de las mujeres y de las empresas. Hasta que los tres no lo tengamos claro y todos pongamos de nuestra parte, pues no evolucionará. Todo tiene que partir de la educación que demos a nuestros hijos para que lo de la corresponsabilidad lo tengan ya como impregnado, porque hasta que en el hogar no haya corresponsabilidad, si las mujeres seguimos teniendo la carga del trabajo y mentalmente mucha más carga en casa, eso nos hace mermar en nuestra evolución en el trabajo. Todavía falta una generación o dos para que la corresponsabilidad sea total y entonces las mujeres, las que quieran, tengan las mismas oportunidades y la misma libertad para trabajar las horas que necesiten o las que quieran.

En las empresas, la tradición era que el hijo se hiciera cargo del negocio, aunque hubiera una hija con más condiciones.

Yo soy un ejemplo, yo soy la pequeña, tengo un hermano mayor que trabaja conmigo en la empresa. Él no aspiraba a llevar la dirección y yo sí. Y entonces le dije a mi padre: ‘yo me postulo, yo quiero ser’. Mi padre lo tuvo claro y dijo: ‘fenomenal’. Tengo muchas amigas con hermanos y familias empresarias y son ellas las que están de directivas.

¿Gestionan las empresarias de forma diferente a los empresarios? En otros ámbitos, por ejemplo la política, no se observan grandes diferencias, como prueban personajes como Margaret Thatcher o Indira Gandhi?

Para mí, cada persona tiene su manera de dirigir. Yo creo que sí, que puede haber ciertos rasgos que nos caractericen más a las mujeres, pero no quiere decir que no tengamos los otros ni al revés. A mí me encanta complementar hombres y mujeres porque creo que somos muy complementarios y obviamente dirigimos distinto. Pero igual que entre dos mujeres dirigiremos de forma distinta.

¿Usted es consejera de la firma tecnológica valenciana Nunsys, que preside su marido Paco Gavilán. ¿Hay mucha diferencia con Irisem, en cuanto a los sectores que representan o, al final, una empresa es una empresa esté en la actividad en que esté?

Es un tamaño de empresa muy distinto y la gestión, también. Pero es verdad que tenemos las dos visiones. En casa tenemos una empresa grande y una pequeña. La pequeña se nutre de muchas cosas de la grande, tiramos de muchos de sus departamentos y copiamos muchos procedimientos que hace la grande. Y en la grande... En las juntas les digo que no pierdan de vista la agilidad y la destreza de una pequeña. Entonces yo creo que eso viene bien porque nos nutrimos de lo bueno de una y de la otra.

Los empresarios suelen ser timoratos a la hora de valorar la actualidad política. ¿Le sucede lo mismo a las empresarias?

Sí. Los empresarios nos tenemos que llevar bien con el político que esté. Obviamente, luego cada uno tendrá su opinión personal. Pero es verdad que cuando tú estás en tu trabajo intentas que la política esté lo más tranquila posible, que dejen trabajar a las empresas, que nos ayuden y que no nos pongan trabas, sean de un lado, de otro, de arriba o de abajo.