El cuaderno digital sustituye al lápiz y papel en el campo

España es el primer país de la UE y único en 2023 en imponer un sistema que las organizaciones valencianas cuestionan porque los agricultores aún sufren de lleno la brecha tecnológica

El nuevo método se implantará el 1 de septiembre de 2023, ocho meses después de lo previsto. Los agricultores deberán anotar en soporte digital los productos fitosanitarios que usan en el campo para su  control por parte de la administración

El nuevo método se implantará el 1 de septiembre de 2023, ocho meses después de lo previsto. Los agricultores deberán anotar en soporte digital los productos fitosanitarios que usan en el campo para su control por parte de la administración / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

Los agricultores deben entrar de lleno en el mundo digital. Y ponerse ya la pilas. El lápiz y papel tiene sus días contados para hacer cuentas, controlar fitosanitarios, agronutrientes o los herbicidas que se usan. Así lo exige la Unión Europea (UE). El nuevo cuaderno de campo agrícola, también conocido como Cuaderno Digital de Explotación Agrícola (CDEA), será obligatorio a partir del 1 de septiembre de 2023 en las explotaciones que tengan más de 5 hectáreas de regadío, aquellas que dispongan de alguna parcela de invernadero, las que sumen más de 30 hectáreas de tierras de cultivo de secano o pastos permanentes, así como aquellas parcelas de más de 10 hectáreas de cultivos permanentes de secano. Para el resto de explotaciones agrarias, entrará en vigor el 1 de julio de 2024.

El cuaderno digital sustituye al lápiz y papel en el campo

El cuaderno digital sustituye al lápiz y papel en el campo / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

¿Cuál es el problema? Pues que no todos están preparados, aseguran las organizaciones agrarias. Y es que España es el primer país de la UE y único en 2023 que obliga a sus agricultores a cumplimentar el cuaderno digital de explotación. Mientras, otros Estados miembros de la UE lo consideran una medida que llegará con el tiempo.

Por eso, algunas organizaciones agrarias piden aplazar esta obligación digital aprobando un periodo transitorio hasta tener preparado al sector y disponer de suficientes recursos y soluciones viables para realizar las tramitaciones necesarias. También las cooperativas aconsejan a sus socios agrarios que acudan a estas entidades porque sus técnicos les ayudarán a rellenar correctamente el cuaderno con los datos sobre tratamientos fitosanitarios, fertilización y demás labores hechas. Pero claro, no podrán dar abasto, aseguran fuentes de Cooperativas Agroalimentarias.

Además, será obligatorio tener un contrato con un asesor en temas fitosanitarios y que este último firme sus contenidos dentro del cuaderno en explotaciones hortofrutícolas de regadío o de uva de mesa de regadío de más de 2 hectáreas de un mismo producto; o bien en el caso de viñedo u olivar cuya suma de las parcelas supere esas 5 hectáreas de superficie.

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, acusa al Gobierno central de «querer expulsarnos de nuestros campos y granjas. Entre el cuaderno digital, la nueva PAC y las exigencias en fertilización y fitosanitarios –que suman más de mil folios del BOE– el campo se enfrenta a más burocracia, más trabas, más problemas y más sobrecostes, lo que encarecerá aún más el precio de los alimentos», advierte el máximo dirigente de esta organización agraria.

En su opinión, los agricultores «tendrán que dedicar más tiempo a ser gestores y fotógrafos que a cultivar. Con la edad tan alta del sector, el desconocimiento de los procesos informáticos y la precaria rentabilidad de las explotaciones, todas estas exigencias resultan disparatadas y supondrán la puntilla para muchos productores, sobre todo los pequeños y medianos agricultores y ganaderos», agrega. Aguado recuerda que la Comunitat Valenciana «ya es líder en abandono, envejecimiento y falta de relevo generacional, y en los próximos años se prevé un mayor desastre».

Para el secretario general de la Unió Llauradora, Carles Peris, ante el nuevo escenario de la Política Agraria Común, aboga por no aumentar la burocracia ni tener mayores exigencias de las que ya tienen los agricultores. «Todo aquel citricultor que quiera cobrar la ayudas por tener cubiertas vegetales o triturar los restos de poda, deberá llevar al día el cuaderno de explotación digital, lo que conllevará dificultades de adaptación a muchos beneficiarios», advierte el líder de la Unió Llauradora.

Las organizaciones agrarias reconocen que los técnicos están llamados a tener un papel protagonista.

Falta de conexión a internet

El sector agroganadero teme al inminente cuaderno digital, cuya obligatoriedad choca con la falta de cobertura y de buena conexión a internet en muchas zonas rurales del interior de la Comunitat Valenciana. Desde el Ministerio de Agricultura se asegura que el proceso de digitalización también tiene previsto posibilitar la planificación y evaluación de la implementación del plan estratégico de la PAC, incluyendo el seguimiento de indicadores y medidas legislativas incluidas en el mismo. «Hasta ahora toda la información de las parcelas o uso de fitosanitarios se encuentra dispersa en las bases de datos y registros de las comunidades autónomas y del ministerio», lamentan estas mismas fuentes. Así las cosas, las administraciones públicas podrán integrar mejor sus datos mediante un sistema interconectado más simple.

Desde el ministerio que gobierna Luis Planas destacan, a pesar de las críticas del campo, que la finalidad del cuaderno digital es «simplificar la labor del técnico agrícola y reducir la carga de trabajo administrativo». Además, insisten en que «la digitalización del cuaderno de campo para agricultores y asesores se traducirá en una notable disminución de la carga de trabajo y un mayor control de la explotación agrícola».

Suscríbete para seguir leyendo