Opinión

Un respiro

Un respiro

Un respiro / Cirilo Arnandis

Cirilo Arnandis

El consejo de ministros extraordinario convocado el pasado jueves para ofrecer soluciones ante el agravamiento de las condiciones del sector primario que han supuesto el impacto de la guerra de Ucrania y la situación de sequía que azota la mayor parte del país se ha saldado con buenas noticias para los agricultores y agricultoras, que suponen un respiro en un momento de extrema gravedad. En primer lugar, cabe destacar que se han aprobado ayudas directas por valor de 636 millones de euros, de los cuales 355 son para sectores ganaderos, 276,7 se destinan a actividades agrícolas, con cultivos, cuantías y zonas todavía por determinar y 5 millones son para ayudas al sector apícola. Se establece también un línea ICO de apoyo a la financiación y mayores subvenciones a los seguros agrarios que incluyan la cobertura de sequía, así como una serie de medidas de carácter fiscal y socio-laboral: exenciones del IBI de naturaleza rústica, condicionadas a la caída del rendimiento de las explotaciones; la exención del pago de IRPF y del impuesto de sociedades de las ayudas de la PAC percibidas por la aplicación de ecorregímenes; aplazamiento en el pago de cuotas de la Seguridad Social… Otra de las medidas adoptadas ha sido la flexibilización de plazos de la PAC, en lo referente a la ampliación hasta el 30 de junio del plazo para la presentación de expedientes de Pago Básico, a la modificación de los requisitos de los ecorregímenes en zonas afectadas por la sequía o al retraso de la entrada en vigor de la obligatoriedad de emplear el Cuaderno Digital, con cuatro nuevos tramos progresivos, entre 2024 y 2025.

Todas estas noticias, como decía anteriormente, son bien recibidas en líneas generales por el sector, aunque nos plantean la necesidad de trabajar más en la modulación de los instrumentos de planificación de las políticas agrarias, tanto a nivel comunitario como estatal, con el fin de que dispongan de los mecanismos necesarios para hacer frente con mayor rapidez a estas situaciones coyunturales que, mal que nos pese, poco a poco se están convirtiendo en estructurales. Debemos estar preparados, a todos los niveles, para hacer frente a un escenario global en el que estos episodios van a ser cada vez más frecuentes y virulentos.

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