Sandías y melones, otro verano por las nubes

La falta de oferta de estas frutas de verano ante la caída de producción por la competencia exterior y la sequía volverá a afectar a los supermercados. Los precios se disparan.

Un agricultor recoge melones en un campo de Elx, en una imagen del año pasado

Un agricultor recoge melones en un campo de Elx, en una imagen del año pasado / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

El melón y la sandía, frutas por excelencia durante el período estival, registraron precios de venta al público tres veces más caros de lo normal en 2022. Y este próximo verano llevan el mismo camino. La tendencia a la baja en la producción tiene que ver con las menores plantaciones por los problemas de riego en algunos territorios de España y la profunda tendencia a la baja por la competencia exterior. La mayor parte de la producción de estas frutas se concentra en su mayoría en la provincia de Almería -que este año ha perdido 2.500 hectáreas de sandías a causa de la falta de agua- y en Murcia, Sevilla y València.

Sandías y melones, otro verano por las nubes

Sandías y melones, otro verano por las nubes / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

En junio de 2022, los consumidores llegaron a pagar por el melón y la sandía en los ‘súper’ hasta 12 euros, un elevado precio que, según achacó en aquel momento el sector, se debió a la finalización del producto marroquí, el retraso de unas semanas de la cosecha por las lluvias y las bajas temperaturas de primavera. La sandía siempre viene acompañada de la llegada del buen tiempo, la luz y el ascenso de las temperaturas, que reclaman frutas refrescantes de temporada y proximidad como la sandía.

Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, la superficie de cultivo dedicada a estas frutas tan veraniegas en toda España no han dejado de bajar en los últimos años. De hecho, se ha pasado de 19.000 a 17.915 hectáreas de melones entre 2021 y 2020; mientras que las 23.202 de sandías en 2021 se han reducido a 22.178 ha. Y los costes de explotación, disparados. Una quinta parte de la producción total de sandías en España se dedica a la exportación. Italia, Grecia y Turquía son los principales países competidores.

¿Tintes especulativos?

Las organizaciones agrarias ya advierten de los «tintes especulativos». Tal como viene advirtiendo la Unió Llauradora, la sandía multiplica su precio por seis del campo a la tienda, lo que contrasta con los valores pagados en el campo. A estos se suman las altas temperaturas experimentadas durante esta primavera, lo que propicia un aumento de la demanda y un consiguiente mantenimiento de los precios en las estanterías de los supermercados que aumentará con el paso del tiempo porque los productores de melón y sandía han estimado en más de un 20% su descenso para esta campaña debido a la sequía y los altos costes de producción. Por eso, las previsiones apuntan que a partir de junio la cantidad de melones y sandías disponibles en las cadenas de distribución comercial de toda España serán menores que en los años anteriores.

Uno de los principales productores de sandía en España es el grupo cooperativa valenciano Anecoop, que integra firmas de la Comunitat Valenciana, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia, entre otros territorios. Prevé recuperar el volumen de campañas previas, alcanzando las 150.000 toneladas. Anecoop exporta a Francia, República Checa y Polonia, donde cuenta con sociedades filiales para comercializar esta fruta.

El director comercial de Anecoop, Miguel Abril, considera que el objetivo es volver a la cuota de exportación media de hace dos años, del 15%, y superar el volumen que hicimos en 2021. «La confianza viene del aumento de rendimiento de la superficie previsto para este año, sumado a la estrategia de recuperación de cultivo llevada a cabo en la provincia de Valencia, que nos ha permitido duplicar la superficie con respecto al año anterior, una prueba comercial que estamos realizando en la zona de Sevilla y un plan específico acometido en Murcia para alargar la campaña hasta mediados de septiembre», agrega. Sea como fuere, según informa Efeagro, el año pasado ya descendieron las toneladas enviadas al exterior de melón, de las 7.905 toneladas en 2022, a las 10.516 en 2021, y de sandía: de los 23.202 de 2021 a los del año pasado, 22.178.

El minifundismo, abandona

La sectorial de frutas de AVA-Asaja constata que la producción de sandías y melones en la provincia de Valencia se ha hundido durante estas últimas décadas debido a la estructura minifundista de la propiedad, con explotaciones de reducido tamaño y con elevadas pérdidas de rentabilidad. Con todo, en municipios hortícolas de Castelló (como la Plana Baixa y Baix Maestrat) y del sur de Alicante todavía albergan campos de grandes dimensiones destinados al cultivo de melones y sandías.

«La sandía y el melón suponen un ejemplo de lo que le puede ocurrir a un cultivo si, año tras año, el agricultor pierde dinero y acaba abandonándolo. Lo que era una fruta característica de la huerta valenciana, hoy en día ocupa un papel testimonial», advierte AVA-Asaja. «El año pasado, después de muchas temporadas ruinosas, la oferta fue tan corta que un melón llegó a costar 13 euros en la tienda. Así que, sin una garantía de renta, salimos perdiendo los productores y los consumidores. Por eso, los políticos han de hacer cumplir la ley de la cadena alimentaria, velando por unos precios en origen que cubran los costes de producción y ayudando a que haya un suministro suficiente de alimentos a precios asequibles», concluyen desde la organización agraria que preside Cristóbal Aguado.

Los productores de melón y sandía han estimado en más de un 20% su descenso para esta campaña debido a la sequía y los altos costes de producción y, por ello, no descartan que los consumidores vuelvan a encontrarse con precios de 13 euros por unidad, lo que ocurrió la pasada campaña.

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