La juventud tiene la clave para conseguir una sociedad más tolerante. Así lo entiende la Fundación Cepaim, que desarrolla con la colaboración de la Obra Social «la Caixa» un pro- grama en el barrio de San Marcelino de València con el que pretende involucrar a sus jóvenes en la mediación y resolución de conflictos entre sus vecinos. Se trata del proyecto «Joves a per Sant Marcel·lí», con el que Cepaim trabaja para consolidar un grupo motor de jóvenes encaminado a construir un modelo de convivencia y cohesión social que promueva la participación, el empoderamiento y el fomento de las relaciones interculturales e igualitarias de menores y adolescentes en el barrio.

La iniciativa se articula en torno a un pro- grama de actividades de ocio y tiempo libre, que han permitido detectar diferentes necesidades dentro de la comunidad. El grupo de jóvenes creado por la Fundación Cepaim, ya cohesionado, está formado por chicos y chicas con una alta diversidad cultural y con una motivación hacia la transformación social del barrio y de sus propias realidades. Durante el período de trabajo se han capacitado en re- solución de conflictos y dinamización comunitaria para, así, ser ellos mismos los agentes de cambio.

Asimismo, «Joves a per Sant Marcel·lí» mira a los que son todavía más jóvenes: a los más pequeños y los que están entrando en la adolescencia. Para ello, el proyecto también se dirige a los y las menores que cursan Educación Primaria en el barrio, con el objetivo de fomentar las relaciones interculturales y la participación ciudadana intercultural, con la implicación de la comunidad educativa.

¿Y cómo ha tratado de conseguir sus objetivos el proyecto? En primer lugar se ha tratado de consolidar un grupo de jóvenes concreto que implique a la población en el diseño, implementación, desarrollo y evaluación del programa.

Además, la fundación, con la implicación de la comunidad educativa, trabaja para fomentar las relaciones interculturales en los centros educativos entre el alumnado inmigrante y el autóctono a través de acciones lúdicas y formativas. De este modo, se busca generar estructuras de coordinación entre los distintos agentes del territorio para el fortalecimiento del trabajo en red. Así, procuran también crear espacios de reflexión, reconocimiento y puesta en valor de buenas prácticas en materia de desarrollo comunitario intercultural y de lucha contra la exclusión para buscar estrategias innovadoras de trabajo en red y la promoción de la autoestima tanto individual como colectiva. ¿Cómo? Proponiendo, por ejemplo, la realización de diferentes actividades de capacitación; el acercamiento inter generacional entre jóvenes y la asociación de vecinos, tales como fiestas del barrio u otras celebraciones; la sensibilización a menores y centros educativos; o el impulso de una sección propia de jóvenes en la asociación de vecinos.

Y todo ello, con el inestimable protagonismo de los y las jóvenes del barrio valenciano de San Marcelino.