Cada sábado, en el barrio del Cabanyal de València, un grupo de aproximadamente 25 mujeres se reúnen para practicar parkour. Tienen entre 60 y 83 años, se conocen desde septiembre, pero han creado una pequeña familia. Desde el domingo anterior, «están deseando que llegue el fin de semana para retomar las clases», explica Carles Vera, miembro de Valencia Movement, la asociación que desarrolla el programa Motion Lab en colaboración con la Fundación «la Caixa».

Es de hecho, el único programa de parkour centrado en personas mayores de España y uno de los pocos de toda Europa. «En este campo, no hay investigación. Está todo por hacer», afirma.

El parkour es un deporte que se considera «de riesgo» —ellas practican ejercicios adaptados por el programa— y, por eso, principalmente, lo practican los hombres, pero ellas son la excepción. También lo es la ciudad de València que, según Vera, es «sorprendentemente» la ciudad donde «más mujeres practican esta disciplina en España».

En septiembre, cuando comenzó el programa, seis de ella fueron «a probar y descubrieron que les encantaba». Poco a poco, el grupo se fue ampliando y, ahora, se han convertido en amigas; ya que muchas de ellas quedan, durante la semana, para salir a pasear o, también, para tomar un café.

El deporte les ha hecho ganar en calidad de vida. Algunas de ellas caminan más deprisa de lo que lo hacían hace solo unos meses, otras han ganado en amplitud de movimientos. Pero todas ellas han mejorado su autonomía personal porque el programa Motion Lab trabaja dos factores esenciales a esa edad: el equilibrio, siempre en movimiento, y la fuerza básica, con un trabajo centrado en ejercicios de relación con el suelo.

«Muchas de ellas, nos confesaron que llevaban años sin sentarse en el suelo —, explica Vera— pero, ahora, tienen herramientas para prevenir y afrontar posibles caídas». Se trata de retos que las personas mayores afrontan a diario en solitario porque «viven solas» y el programa les ayuda a «continuar siendo autónomas».

El programa Motion Lab les propone retos, en formato juego y con diferentes niveles. Cuando «los superan y los controlan», se añaden elementos que aumentan la dificultad. Por ejemplo, comienzan andando sobre una línea recta en una primera fase; luego lo hacen sobre un módulo que las eleva unos cuantos centímetros sobre el suelo; y, a continuación, recorren el recorrido de espaldas, con una pelota o por parejas.

Además del programa Motion Lab, la asociación realiza clases particulares de parkour para todas las edades a través de Motiom Academy, en las que participan aproximadamente 270 personas, de entre tres y 83 años. Y, en el mes de septiembre, tienen prevista la inauguración de su nuevo centro social en el barrio de Patraix, pero seguirán «extendiendo esta disciplina por toda València».