De la huerta valenciana al mar: El tesoro azul que supone la acuicultura valenciana

La Comunidad Valenciana es líder en la acuicultura española, con una producción de 16.098 toneladas en 2022

La acuicultura valenciana se centra en la sostenibilidad, con un enfoque integral que combina innovación, tecnología avanzada, prácticas sostenibles y respeto por el medio ambiente

La acuicultura valenciana produce pescado de alta calidad y sabor, cultivado de forma sostenible.

La acuicultura valenciana produce pescado de alta calidad y sabor, cultivado de forma sostenible. / ED

En la Comunidad Valenciana, donde las olas besan suavemente las costas y el sol dora sus campos, la acuicultura se ha convertido en una joya de valor incalculable. Esta región, conocida por su exuberante huerta, es también un crisol donde el mar y la innovación se unen para alimentar y proteger el futuro.

Con su vasta costa de 518 kilómetros, la Comunidad Valenciana se ha forjado un nombre como líder en la acuicultura española. Esta región, con 37 instalaciones acuícolas distribuidas a lo largo de su litoral, es un reflejo de un sector vibrante y esencial para la economía local y nacional. Con una producción de 16.098 toneladas en 2022, la acuicultura valenciana no solo alimenta a la población, sino que también contribuye significativamente a la conservación de los ecosistemas del Mediterráneo y al equilibrio medioambiental.

Dentro del panorama nacional, la Comunidad Valenciana destaca como la principal región productora de dorada de acuicultura en España, con 5.618 toneladas cosechadas en 2022, lo que equivale al 58 % del total del país. Esta impresionante cifra coloca a la Comunidad Valenciana a la cabeza de la producción acuícola de especies marinas en nuestro país.

Proteínas del mar: Nutrición y sostenibilidad

Además de la dorada, la Comunidad Valenciana destaca también en el cultivo de otras especies como la lubina, la corvina y la anguila, cada una de ellas aportando un necesario equilibrio entre nutrición, sostenibilidad y el máximo respeto por los ecosistemas naturales. El sector acuícola valenciano es un ejemplo de cómo se puede obtener proteínas animales de alto valor biológico con una huella de carbono reducida, ofreciendo así una solución sostenible a un problema cada vez más complejo: el de la alimentación de una población mundial creciente con recursos limitados.

La acuicultura valenciana se centra en la sostenibilidad, con un enfoque integral que combina innovación, tecnología avanzada, prácticas sostenibles y respeto por el medio ambiente.

La acuicultura valenciana se centra en la sostenibilidad, con un enfoque integral que combina innovación, tecnología avanzada, prácticas sostenibles y respeto por el medio ambiente. / ED

En esta zona se entiende que los océanos y ríos no son solo fuentes de alimento, sino que son esenciales para la vida en el planeta. La acuicultura en esta región no solo se enfoca en el presente, sino que también mira hacia el futuro, comprometiéndose a conservar y proteger estos valiosos ecosistemas. Con un ojo puesto en 2050, la Comunidad Valenciana reconoce en la acuiculturauna de las vías principales para alimentar a la población mundial de forma saludable, segura y sostenible.

La anguila: un tesoro autóctono

La Comunidad Valenciana también ha jugado un papel crucial en el cultivo sostenible de la anguila. Frente a los desafíos ambientales, la alta demanda y los hábitos de consumo que han tensionado las poblaciones silvestres, la acuicultura valenciana ha emergido como un salvavidas para esta especie. En 2022, la Comunidad Valenciana fue responsable de la totalidad de las 335 toneladas de anguilas cultivadas en España, demostrando su compromiso con la recuperación y sostenibilidad de esta especie.

Innovación y sostenibilidad acuícola en la Comunidad Valenciana

La acuicultura valenciana no es solo una actividad económica; es un arte que fusiona la sabiduría ancestral con las tecnologías más avanzadas. Aquí, empresas dinámicas y competitivas, alineadas con el Pacto Verde Europeo, están cultivando alimentos marinos de máxima calidad, con un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos.

La acuicultura local ha logrado incorporar diversidad de especies en su cultivo, gracias a la investigación y el desarrollo, en colaboración con el sector público y privado valenciano. Con esta integración y coordinación de actores, desde la investigación y el conocimiento, hasta la innovación, el sector acuícola valenciano demuestra su capacidad para adaptarse y evolucionar, manteniendo un compromiso inquebrantable con la calidad y la sostenibilidad. Estas técnicas avanzadas no solo optimizan la producción, sino que también contribuyen a la protección y regeneración de los ecosistemas marinos de la región.

Instituciones como universidades y centros de investigación en la Comunidad Valenciana juegan un papel crucial en el desarrollo sostenible de la acuicultura en España. Estos centros son pilares en la búsqueda de métodos que equilibren productividad, bienestar animal y protección ambiental, desde cultivos marinos hasta acuaponía y cultivos de microalgas, posicionando a la región en la vanguardia de la acuicultura marina sostenible.

La ruta del pescado valenciano: un viaje de calidad y sabor

La travesía del pescado valenciano va desde las aguas azules del Mediterráneo hasta los platos gourmets, confeccionando un relato de dedicación y excelencia. Esta ruta, que se extiende desde las instalaciones de acuicultura hasta los restaurantes y hogares, celebra la calidad y el sabor únicos del pescado cultivado en la Comunidad Valenciana.

La calidad del pescado valenciano se refleja en la atención al detalle en cada etapa del proceso, desde la producción hasta la comercialización.

La calidad del pescado valenciano se refleja en la atención al detalle en cada etapa del proceso, desde la producción hasta la comercialización. / ED

El viaje comienza en las aguas de localidades como Calpe, donde casualmente se encuentran los restos de las primeras instalaciones acuícolas romanas en lo que ahora es España, con más de 2.000 años de antigüedad. Muy cerca de allí, especies como la dorada y la lubina son cultivadas con esmero. La atención al detalle en cada etapa del proceso se refleja en la textura, el sabor y la frescura de cada pescado. Chefs y propietarios de los mejores restaurantes españoles eligen con orgullo estos pescados valencianos por su gran calidad y sabor. Sus testimonios resuenan con pasión por la cocina y el respeto por los ingredientes obtenidos de forma responsable y sostenible.

La comercialización de estos pescados es un eslabón crucial en la cadena de valor del sector acuícola, reafirmando su compromiso de calidad desde el cultivo hasta la mesa. Por ello, cada detalle es cuidado para asegurar que el pescado llegue fresco y en perfectas condiciones a los mercados y restaurantes de todo el país.

Un compromiso con el futuro

La acuicultura en la Comunidad Valenciana es más que una mera producción de alimentos; es un compromiso con el futuro. Esta región, rica en cultura y tradición, siempre ha sabido mostrar al mundo cómo es posible equilibrar la demanda de alimentos con la necesidad de conservar nuestros preciados recursos naturales y nuestras tradiciones. De esta manera, nuestra comunidad es un claro referente nacional en la acuicultura marina. Su enfoque integral, que combina innovación y tecnología avanzada, con prácticas sostenibles y un profundo respeto por el medio ambiente, es un ejemplo de cómo la acuicultura puede ser una fuerza positiva en la lucha contra el cambio climático y en la promoción de una alimentación saludable y nutritiva.

insertar noticia: https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2023/11/29/acuicultura-sostenible-alimentacion-95251001.html

Mientras el sol continúa bañando las costas del Levante y sus aguas siguen meciendo la vida marina, la acuicultura en esta región se mantiene como un baluarte de esperanza y progreso. Con cada ola que rompe en la orilla, se reafirma todavía más el compromiso de la acuicultura valenciana, y española, con la sostenibilidad y la calidad, demostrando que es posible alimentar al mundo de manera responsable, y cuidar al mismo tiempo de nuestros mares y ríos para las futuras generaciones.