Mientras una gran parte del sector lácteo agoniza y sigue en caída libre en España desde 2015 debido a la liberalización de la actividad, la pérdida de la cuota láctea y el hundimiento de los precios en origen, el ganadero alicantino Juan Luis Gimeno Molina, propietario de una explotación en Monóvar, no pierde el tiempo en lamentaciones y consigue sacar adelante su negocio familiar. Una aeronave de la firma eslovaca Air Cargo Global despegaba esta semana desde el aeropuerto de Zaragoza con un cargamento muy peculiar: un rebaño de 2.000 cabras (algunas de estas procedentes de la granja de Gimeno) era embarcado en un Boeing 747 con destino a Oriente Medio, a la pista de Bandar Abbás, en Irán.
Y es que, la cabra de la raza murciano-granadina está muy valorada por la cantidad y calidad de leche que produce. En la actualidad, según los profesionales del sector, esta variante autóctona se exporta a países como Grecia, México, Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador y Brasil. Ante la caída del mercado interno y la pérdida de rentabilidad, la apuesta por las exportaciones, la diversificación de actividades y las iniciativas para concentrar al sector y defender sus intereses son claves. Así lo entiende este monovero que también vende sementales por toda España y en el año 2016 se convirtió, junto a otros ganaderos, en ser el primero en comerciar con la antigua Persia.
Gimeno, representante de la sectorial ganadera Asaja-Alicante, está metido de lleno en este duro trabajo de ganadero , cuyas jornadas laborales pueden prolongarse durante más de doce horas diarias, todos los días de la semana y casi todos los días del año. «Con menos de litro y medio de leche por animal la explotación resulta inviable», apunta. En su caso, la cabaña de animales alcanza tres litros de media por cabeza.
Este ganadero emprendedor saca incluso tiempo para impulsar la Federación de Asociaciones Lecheras de la Comunitat Valenciana (Fedasllet), resultante de integración de la Asociación de Ganaderos de Caprino de Raza Murciano-Granadina (Amurval) y la Asociación Frisona Valenciana (Afrival), que preside Ramón Garcerá Pérez. Aunque la Comunitat Valenciana no figura entre las principales regiones productoras de leche de España sí cuenta con explotaciones de gran tamaño y una industria que tira del sector: la fábrica de Danone en Aldaia, una de las líderes de Europa de la multinacional de capital francés.
Los tiempos son duros y la constitución de esta nueva federación «pretende impulsar la producción, acopio, elaboración, industrialización y comercialización de leche», explica el coordinador de Fedesllet e ingeniero agrónomo Carlos Vicente Martín. El libre mercado ha hundido los precios y la única manera de sobrevivir pasa por invertir en mejoras genéticas y controles lácteos para que mejoren el producto y consigan precios dignos. Muchos productores, incapaces de soportar en la actualidad unos precios en origen por debajo de los costes de producción, han tenido que abandonar la actividad y cerrar para siempre sus granjas. De lo contrario tienen que vender a pérdidas. Según el citado técnico, «los controles de calidad y sanidad animal de la leche mejorarán con las constitución de Fedasllet». «Aquí, en la Comunitat Valenciana, no hay centro autonómico y necesitamos agruparnos para reducir los costes y conseguir conseguir subvenciones», puntualiza su presidente. Amurval (con 12.000 cabezas y casi una veintena de explotaciones) y Afrival agrupan a las explotaciones de mayor cantidad y calidad de la Comunitat Valenciana.
Sector vacuno
Los ganaderos del sector reconocen que la eliminación de las cuotas de producción ha provocado un aumento significativo de la producción, lo que unido a la presión de industria y distribución, ha arrastrado los precios a niveles por debajo de los costes. También tienen la necesidad de mantener sus controles e inversiones en mejoras genéticas para ser más competitivos.
Según constata un reciente informe de la organización agraria Coag, España pierde cada mes 70 ganaderos lácteos. La caída de un 20 % del precio de la leche obliga a echar el cierre y al finalizar el año habrá en España menos de 15.000 productores. Es la peor crisis de los años noventa. El panorama que dibuja el último informe elaborado por el Departamento de Ganadería y la Coag es de extrema gravedad.
La radiografía del sector en España, incluido el sector lácteo de la Comunitat Valenciana, según el informe de coyuntura del Ministerio de Agricultura indica que la comunidad autónoma con mayor censo de vacas lecheras adultas es Galicia, que cuenta con 337.221 animales (39 %), seguida de Castilla y León con 99.4609 animales y Cataluña en tercer lugar con 83.557 animales. El número total de ganaderos de vacuno lechero con entregas declaradas de leche en España es de 14.829 hasta agosto de 2017, que supone un descenso del 0,5 % con respecto al mes inmediatamente anterior y una reducción del 5,6 % en relación al mismo mes del año anterior.
España es importadora neta de leche y productos lácteos ya que su consumo interno no es satisfecho con la producción nacional. En todo caso, se observa un progresivo aumento de las exportaciones y un descenso de las importaciones, si bien el balance comercial sigue siendo negativo. El grueso de las importaciones procede de otros países europeos, entre los que destacan Francia y Portugal. Los mercados de destino prioritarios de las exportaciones españolas son otros países de la Unión Europea, encabezados también por Francia y Portugal.
