El mes pasado abordábamos en este mismo medio la cada vez más relevante colaboración entre startups y empresas consolidadas en un artículo publicado por mi socio Antonio González Asturiano con el sugerente título «Corporates y startups: love is in the air».

Siguiendo la sugestiva senda de títulos amorosos y evocadores, en nuestra columna mensual de este mes hemos querido acordarnos de otro apasionado y apasionante amante para cualquier emprendedor a la hora de lanzar y hacer crecer su sueño empresarial. Nos referimos, como no puede ser de otra forma, a la posibilidad de dar entrada en el proyecto a inversores privados para ayudar precisamente en ese proceso de crecimiento.

El otro gran pretexto para abordar este tema en la columna de hoy es precisamente la inminente celebración en València del Congreso Nacional de Business Angels dentro de apenas unas semanas organizado anualmente por la asociación Big Ban Angels. Para los más despistados, el congreso cuenta con la participación de ponentes de primer nivel y se ha convertido, con todo merecimiento y tras cinco ediciones, en el evento de referencia en España en materia de inversión privada ayudando, además. a posicionar a Valencia como tercer hub de emprendimiento e inversión a nivel nacional.

Como es sabido, el apoyo de los business angels es crucial para el desarrollo y crecimiento de las startups aportando no solo su propio dinero sino también su tiempo, experiencia, know how, contactos y, sobre todo, su energía para ayudar al crecimiento de las startups.

Sin embargo, la actividad de invertir en compañías en fases iniciales no está exenta de peligros. Implica, de hecho, indudables riesgos que conviene conocer y gestionar para tratar de minimizarlos y que tienen que ver con aspectos tan relevantes como el modelo de negocio de la startup, su equipo, la valoración de la empresa o el mercado en el que pretende competir.

Una recomendación habitual a los inversores menos experimentados para intentar atenuar tales riesgos y adquirir la experiencia y conocimientos necesarios para invertir con criterio y sensatez, es aproximarse a redes de business angels como Big Ban Angels ya que precisamente uno de sus objetivos es fomentar los contactos y el intercambio de información y experiencias entre los inversores.

Otra de las vías para intentar mitigar riesgos pasa también por la diversificación y la coinversión con otros inversores. En esta línea, redes como Big Ban Angels impulsan de forma habitual vehículos de coinversión que suponen una forma muy interesante de aproximarse al mundo de la inversión ya que permiten a los business angels conocer los procesos de inversión, aprender a invertir e ir construyendo una cartera diversificada de startups.

Si tienes curiosidad por profundizar en este tema y conocer las últimas tendencias en el entorno de la inversión privada y las startups, te esperamos los próximos 28 y 29 de noviembre en Marina de Empresas. Tienes toda la información en www.congresobusinessangels.com.