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El campo valenciano

Aguacates: la fruta del futuro

Mariano Condomina hizo caso a su tío y empezó a reconvertir sus naranjales en campos de aguacates hace trece años. Le ha salido bien porque este cultivo es más rentable que los cítricos

Aguacates: la fruta del futuro Daniel Tortajada

Empezó como un ingrediente exótico en las ensaladas. Al albur de la creciente querencia por cocinas extraeuropeas, singularmente el gusto por el guacamole mexicano, su consumo fue creciendo. Ahora, gracias a la gran diversidad de sus usos gastronómicos, es un producto de demanda consolidada. Y un cultivo de moda. Sí, es el aguacate, que se ha convertido en un refugio para citricultores desesperados por la baja rentabilidad de sus cosechas. Los buenos precios, las largas campañas y su aguante en árbol son factores que animan a producir estas frutas cuyo origen se encuentra en México, pero que precisan de microclimas para su desarrollo.

Este cultivo llegó a tierras valencianas a finales de los años ochenta del siglo pasado, concretamente al sur de Alicante. Pero inicialmente su presencia fue «muy testimonial», tal como recuerda José Gaspar, del departamento técnico de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). Es con el cambio de milenio cuando se extiende a la provincia de València: la Ribera del Xúquer, La Safor, l'Horta Sud y la zona de les Valls en el Camp de Morvedre. Gaspar asegura que la expansión obedece principalmente «a la buena rentabilidad del cultivo» y pone como ejemplo la anterior campaña, que se desarrolló entre octubre y julio: «se manejaron precios de entre 2 y 3 euros por kilo en el campo», cuando las naranjas mejor pagadas, las de las variedades Orri o Nadorcott, bajaron a 80 céntimos y las peores «se quedaron en el árbol» porque los precios eran tan ruinosos que no valía la pena molestarse en recolectarlas.

Hace trece años, Mariano Condomina siguió un camino que se ha demostrado atinado. El de un tío entonces con 82 años -hoy con 95- que a su vez siguió el ejemplo de un amigo de Alginet. «Mi padre era agricultor y teníamos naranjas desde siempre: satsuma, marisol... Yo no sabía qué era un aguacate, no lo había probado nunca, y decidí intentarlo. Nos fue muy bien». Y tanto. En este tiempo, Condomina ha transformado prácticamente todas sus tierras al cultivo del aguacate. Tiene 50 hanegadas propias y otras diez alquiladas. También se hace cargo de otras cincuenta de un primo.

El de este agricultor de Benifairó de les Valls no es un caso aislado. Los datos que maneja Gaspar dejan a las claras la progresiva evolución de este cultivo extendido sobre todo a zonas de clima semitropical de Málaga y Granada. El Ministerio de Agricultura consigna que en 2017 había 413 hectáreas de aguacates en la Comunitat Valenciana, pero «nosotros estimamos que ya hemos llegado a las mil». En la última década, la extensión de este cultivo en la autonomía se ha multiplicado por cinco. Pese a la magnitud del crecimiento, el técnico de AVA-Asaja puntualiza que en realidad se trata de una expansión moderada, porque «es un producto al que le afecta mucho el frío y no hay demasiado territorio apto». Tan es así que, en un mismo municipio, hay zonas donde es viable por el microclima y otras donde no. «En una distancia de cien metros puede haber diferencias», asegura Gaspar, quien precisa que, «para ver la viabilidad de un cultivo, analizamos qué variedades de cítricos hay -o había- en una parcela o en las colindantes. La mayoría de aguacates está rodeado de cítricos. En les Valls había mucha Oroval y ahí es viable porque la época de floración es muy similar».

No es una zona extensa pero sí muy provechosa. La variedad que se produce aquí es la tardía Lamb Hass, que da lugar a unos 22.000 kilos por hectárea. En Andalucía, donde cuentan con 10.000 hectáreas de superficie de Hass, solo llegan a 12.000 kilos por cada una de ellas.

En aquella autonomía, precisamente, compró Condomina el año pasado unos 20.000 plantones para instalar en su zona. También se está expandiendo el cultivo hacia Castelló, a Almenara y la Vall d'Uixo. La inversión «no es cara, aunque cada plantón cuesta entre 10 y 20 euros». La citada variedad que se produce en València tiene la gran ventaja de ser tardía, lo que implica que, «cuando sale al mercado, este está desabastecido y los precios suben». El agricultor de Benifairó apunta otras ventajas. Por ejemplo, «prácticamente, no hay que fumigar» y eso conlleva ahorro de costes porque los «productos fitosanitarios son caros». Además, «la poda es más económica, porque la rama es muy tierna y fácil de arrancar». Asimismo, el aguacate aguanta muy bien la lluvia: «Lo que le va mal es el viento y el frío, pero el agricultor no planta en zonas con bajas temperaturas». Gaspar añade otro factor: Esta fruta es un producto que no madura en el árbol, sino a partir de la recolección. Por tanto, se puede regular su salida al mercado para hacerlo en el momento en que hay más demanda.

A este respecto, Mariano Condomina añade que «el consumo se ha incrementado mucho», hasta el punto de que «hay más demanda que oferta en la Comunitat Valenciana». En los primeros años, este agricultor vendía su producción «en el mercado o a amigos y conocidos, mientras que ahora vienen comercios de la zona e incluso de Málaga; hay ya distribuidores valencianos que los envían a sus clientes de fuera de València y de España».

Asociación sectorial

Pese a la creciente producción propia, las compras al exterior son elevadas. Los últimos datos de la Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) detallan que la importación de aguacates creció un 68 % en el primer trimestre de 2018, hasta más de 98.000 toneladas. El año anterior fue la fruta con mayor peso monetario en la balanza comercial de importaciones españolas con más de 220 millones de euros, a pesar de no estar ni entre las diez primeras en cuanto a número de toneladas. En España se producen unas 85.000. De ellas, 37.000 se exportan sobre todo a la UE, aprovechando el momento en que otras variedades de fuera de la Unión no estan en el mercado.

Dada la pujanza de este cultivo, AVA-Asaja acaba de crear una asociación de productores que, entre otros objetivos, pretende el reconocimiento de denominación de origen o marca protegida para el aguacate valenciano. Sea.

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