España es un gran país, de eso no cabe duda. Tenemos una gran historia, una gran cultura, reconocida gastronomía, pluralidad de gentes… sin embargo, todo ese pasado y ese legado no nos garantiza un gran futuro. Ahora mismo nos falta un proyecto de país.

Sí, el siglo pasado nos subimos con éxito al carro del turismo y los servicios. Lo hicimos bien y entre los años 50 y principios de los 2000 tuvimos un fuerte crecimiento que nos colocó de vuelta en el primer mundo. Sin embargo, esta bonanza de turistas, hoteles, restaurantes e inmobiliaria nos ha retrasado en la entrada de la sociedad del conocimiento donde ya están otros países como Suecia, Holanda o Israel por poner ejemplos cercanos.

Nuestra sociedad no se ha preparado bien para el cambio. Tenemos mucha gente cualificada para trabajar en hoteles y restaurantes, pero poca, muy poca, para hacerlo en empresas tecnológicas. España es uno de los mayores consumidores per cápita de tecnología, y sin embargo, no la producimos. Somos los ni-ni del mundo. No producimos nada innovador, solo estamos consumiendo redes sociales y telefonía.

Aún no debería ser tarde, pero se requiere un gran esfuerzo, un gran sacrificio. Centrar el foco en salvar y construir el mañana, sacrificando y dejando caer parte de la estructura del pasado. Un fiel reflejo de esa transformación a la sociedad del conocimiento y la tecnología la vemos en los índices bursátiles. Mientras el S&P y Nasdaq van con cifras récord apoyados en las tecnológicas, aquí el Ibex tocó máximos hace más de quince años. Desde entonces, las entidades financieras, los medios tradicionales y el sector turístico, estandartes del Ibex, están siendo desmembrados por la disrupción de la tecnología.

Es el momento de ese sacrificio, de ese movimiento firme y con liderazgo, que potencie esas áreas de futuro. En Israel, Estonia y Reino Unido ya está incluida en la enseñanza obligatoria materias como programación y robótica. Recientemente Alemania publicaba que bajaba los impuestos a los trabajos de mayor cualificación para tratar de atraer y retener esos perfiles que han de abrir la sociedad del conocimiento. ¡Señores! Estamos en una carrera por liderar la economía del siglo XXI, la que ahora genera la riqueza y los puestos de trabajo, y tenemos que jugar nuestro papel.

Nuestra situación es totalmente un «Game Over» de España y la economía española. Estamos viviendo una guerra por la tecnología y el conocimiento y aquí apenas nos hemos enterado por incidentes entre China y USA por el 5G. ¡Despertemos! España es un gran país con una gran gente que ha logrado muchas cosas. Aún estamos a tiempo.