Vl iendo los mecanismos de funcionamiento de la Comisión Europea cuesta mucho ser optimistas a la hora de obtener resultados positivos de las gestiones que se realizan en Bruselas. Pero también hay que decir que si trabaja de forma continuada y se elaboran informes rigurosos como hacemos desde la Unió, estoy convencido que algunas de las propuestas que hacemos al final se tendrán en cuenta y se aplicarán. Hasta siete informes hemos presentado a las autoridades comunitarias para avalar la petición de analizar en profundidad el impacto de los acuerdos comerciales de los cítricos. Esto viene a colación de la reciente reunión que mantuvimos con altos representantes de la Comisión, por mediación de la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero, sobre la revisión del acuerdo comercial de la UE con Sudáfrica que corresponde realizar este año, y del que nadie parecía acordarse en el sector citrícola hasta que lo hicimos nosotros.
Nuestro objetivo es que se analice en profundidad su repercusión comercial, así como las consecuencias fitosanitarias ante una posible entrada de plagas de cuarentena en el sector citrícola europeo. Y hemos logrado que la Comisión Europea tenga en cuenta al sector citrícola en la evaluación de dicho acuerdo comercial, comprometiéndose a dar voz e implicar tanto a las instituciones públicas como privadas y a la sociedad en dicha revisión.
En los acuerdos preferenciales que se firman desde la Unión Europea con terceros países lo primero que se tendría que hacer es un estudio previo para evaluar el impacto en nuestros sectores. Y también que se contemplara una ordenación en los acuerdos sobre los flujos comerciales.
Después, que exista una simetría en las formas de producción, con los mismos estándares para todos aquellos países que quieran entrar sus producciones al mercado europeo. ¿Tan difícil es la reciprocidad?
Pero también más seguridad en los protocolos de importaciones, tanto de productos como de material vegetal. Debemos disponer de herramientas de prevención en materia de sanidad vegetal, pues no hay que olvidar que por cada millón de euros que se invierten en sanidad vegetal como prevención se están ahorrando a las arcas públicas y al sector más de 100 millones de euros en combatir las plagas y enfermedades.
