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SOS de la industria por los altos costes de la energía

Los parones en la producción y los Ertes se intensifican en las plantas industriales españolas que viven un futuro incierto si no bajan los precios de la luz y el gas

Galvanizados Avilés FERNANDO RODRIGUEZ

La crisis energética provocada por la guerra de Ucrania y la presión del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el grifo del gas está pasando una costosa factura a la gran industria española, cristalizada en forma de parones en la producción y reestructuraciones en el empleo. El gigante Arcelormittal anunció el jueves un erte para sus 8.300 trabajadores en España durante 2023. No es el primero, y tampoco será el último. La petición es clara: contratos de electricidad y gas a precios competitivos. Y así lo urgía la semana pasada la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, que agrupa a los sectores de la automoción, el refino, el papelero, el químico, la alimentación y bebidas, el cemento, las materias primas minerales y la siderurgia.

En el caso de los consumidores eléctricos, como el sector siderúrgico, metalúrgico o químico, los altos precios han llevado a una caída de la demanda del 11% en julio, según Red Eléctrica. Se quejan de que no hay ofertas a 60 euros por megavatio-hora y tienen que comprar en el mercado. «El Gobierno anunció el año pasado subastas de energía inframarginal, pero ahora dicen que las eléctricas tienen toda la energía de 2023 vendida. Como no bajen los precios, el futuro de la industria es incierto», explica el director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), Fernando Soto.

Otro ejemplo de parón es Ferroatlántica, del grupo Ferroglobe, que ha paralizado sus fábricas de forma indefinida y hecho un erte y suministra a sus clientes desde su planta francesa. «El problema es que lo que se cierra y permanece muchos meses difícilmente se levanta», agrega Soto. Además, la ‘excepción ibérica’ ha añadido otro problema: el precio de la electricidad es más caro por la noche que por el día y muchas de estas empresas tenían adaptada su producción al periodo más barato. «Están intentando readaptar los horarios, hablando con los sindicatos, pero no es fácil», agrega.

Por otra parte, la demanda de los grandes consumidores de gas, según Enagás, se redujo un 40% este agosto, respecto a 2021, siendo especialmente sangrante para el textil y el refino (más del 50%). En este caso, el principal problema es el alto coste de sus plantas de cogeneración por el precio disparado del gas y tras ser excluidos de la ‘excepción ibérica’. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció cambios hace una semana, pero todavía no se han puesto en marcha. Empresas como Pamesa y Azuliber ya han hecho ERTEs.

GALVANIZADOS AVILÉS

Ahorrar electricidad si dejan los avionesTexto

La factura del gas se ha multiplicado por 20 en el último año en Galvanizados Avilés, pyme asturiana de 70 trabajadores que cuenta con la mayor piscina de galvanizado de Europa, donde el zinc tiene que permanecer a 450 grados, 24 horas al día los 365 días del año. Reducir el consumo de gas es imposible porque no hay alternativa viable. La empresa intenta cubrir el sobrecoste con clientes en nuevos mercados, en Francia y Portugal. El coste energético de esta planta es «brutal», especialmente la factura del gas (10 veces más que la de la luz). Por ahora, se ha conseguido reducir el consumo eléctrico en un 30% con iluminación de bajo consumo y la empresa tiene en cartera la instalación de paneles fotovoltaicos, una obra que se retrasa por un trámite con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, por su cercanía al aeropuerto. «Tardan meses en firmar un papel para decir que no vamos a hacer daño a los aviones», protesta el gerente de la compañía, Manuel Hernández

CAYPI

De 32.000 euros al mes en 2021 a 102.000 este año en facturas de energía

Con 40 trabajadores divididos entre las dos sedes que tiene la compañía, la empresa catalana de recubrimiento de superficies (pintura para evitar que las piezas metálicas se oxiden) Caypi espera cerrar este año con una facturación de unos 6 millones de euros, de los cuales unos 800.000 euros se tendrán que destinar a pagar las facturas de luz y gas. «Qué empresa tiene margen para asumir estos costes energéticos», pregunta su director general, Josep Soto, que pertenece a la segunda generación de esta empresa familiar. «Nunca habíamos vivido algo así», asegura. La compañía, que sirve de forma indirecta a gigantes del automóvil como los grupos Volkswagen, Renault o Peugeot, ha pasado de pagar una factura energética (luz y gas) en el mes de julio de 2021 de 35.000 euros a 102.000 euros ese mismo mes de este año. «Estudiamos la posibilidad de abrir solo cuatro días, pero conllevaba otros costes, así que lo que hemos hecho es repercutir la subida de precios al cliente a principios de año», explica Josep Soto. Reconoce que intentaron buscar contratos de suministro a precio fijo para blindarse frente a nuevas subidas, pero no ha sido posible. «Las compañías no hacen esas ofertas», asegura el director general de Caypi. «Vemos en los medios que las eléctricas tienen beneficios históricos y muchas pequeñas y medianas empresas viven con miedo o riesgo a cerrar, algo falla. No es el momento de máximos históricos», agrega Soto.

AZULIBER

El coste sube el 1.047% en un año y obliga a cerrar

La grave crisis de los costes energéticos afecta a todos los sectores y empresas, pero no por igual. En el caso del clúster cerámico de Castellón, las consecuencias son especialmente intensas por tratarse de consumidores intensivos de gas y más duras aún para las que utilizan sistemas de cogeneración (tecnología que permite aprovechar mejor la energía utilizada y verter a red los sobrantes). Quedaron excluidas del sistema de la excepción ibérica y están a la espera de cómo y cuando se integrarán ahora que el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez anunció su inclusión. Un ejemplo paradigmático es el de la compañía Azuliber, una de las principales productoras de arcillas atomizadas para la industria azulejera, a la que el desorbitado precio del combustible acaba de obligar a cerrar sus puertas y poner en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para toda su plantilla, un total de 117 trabajadores . La empresa, que forma parte de Pamesa Grupo desde septiembre del 2021, ha visto crecer un 1.047% el coste de atomizado de una tonelada de arcilla en el último año, una evolución «insostenible», que ha llevado a detener su actividad.

GRUO RODMAN

Trabas crecientes en el acceso al crédito

Grupo Rodman es uno de los constructores navales de referencia en España, con dos unidades de producción ubicadas en la ría de Vigo. Metalships & Docks es un astillero especializado en buques ‘off shore’, cruceros de lujo o pesqueros de última generación, y hoy centrado en la reparación. Rodman Polyships, por su parte, es líder en construcción de embarcaciones en poliéster reforzado con fibra de vidrio. Respira en un mercado inflacionado, como constata su presidente, Manuel Rodríguez. «Los precios industriales han subido un 40,4% en julio en comparación con el mismo mes del año anterior. Los de la energía nos cuestan el doble». Poco ajuste se puede hacer en medidas de ahorro en un trabajo intensivo en procesos de construcción, como es este caso, y en el que los materiales están por las nubes. «Los precios del hierro, acero y ferroaleaciones han subido en lo que va de año un 20%; los productos metálicos, las tuberías y los transformados de acero, entre un 10% y un 15%. Las pinturas, barnices y revestimientos, se han encarecido un 13%; las fibras sintéticas y resinas un 30%. Todo ello repercute en nuestros costes de producción», abunda el directivo, que anticipa también que sufrirá trabas crecientes en el acceso al crédito. «Grupo Rodman no será una excepción. De momento no lo hemos notado, pero será inevitable».

SAICA

Ahorrar con placas, economizadores y recuperación térmica

En la empresa Leche Gaza de Zamora, el alza de la energía y de los suministros, y el temido control de su uso, se combate a través de la reducción de los consumos y del esfuerzo por mejorar la sostenibilidad. Ese trabajo se reforzó con el traslado a una nueva fábrica en plena pandemia, y se ha intensificado con la instalación reciente de más de mil placas solares con las que la firma busca reducir su consumo eléctrico en un 25%. Esta medida se suma a otras como la colocación de economizadores en las calderas para limitar en un 7% el gasto de gas natural o el centro de recuperación térmica que permite aprovechar determinados procesos de tratamiento de la leche para reutilizar la energía. «Son cosas que surgen paulatinamente, porque no podemos estar desaprovechando recursos», explica la responsable del área de sostenibilidad, Michelle Prieto. Esa inquietud ha llevado a los responsables y trabajadores de la empresa a ir dando forma a más acciones que van en la misma línea de ahorro energético y de otros suministros, en un contexto de crecimiento de los precios en el que cualquier medida de ese tipo se puede notar de manera palpable en la factura que se paga a final de mes. 

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