Cítricos de Sudáfrica, un peligro para la sanidad vegetal en la UE

Intercitrus asegura que los exportadores sudafricanos no «son un proveedor fiable» al disparar sus envíos a la Unión Europea con plagas y por haber perdido su «credibilidad»

Cítricos de Sudáfrica, un peligro para la sanidad vegetal en la UE

Cítricos de Sudáfrica, un peligro para la sanidad vegetal en la UE

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

Sudáfrica ha acumulado, de enero a noviembre, más de medio centenar de rechazos portuarios en sus envíos de cítricos a la UE por presentar ‘Mancha negra’ (Citrus Black Spot, CBS), su récord particular. Cuando la Citrus Growers’ Association (CGA) de este país –la patronal de los exportadores de agrios- apostó recientemente por justificar estos datos cuestionando las pruebas de los laboratorios europeos, diciendo que se habían producido «errores» y muchos «falsos positivos», podría decirse que abrió ‘la caja de Pandora’. Las dos interprofesionales citrícolas –la del limón y pomelo, Ailimpo y la de la naranja y la mandarina, Intercitrus- se han alineado para replicar este discurso.

«¿Es fiable la identificación de plagas que hacen los Estados miembros de la UE?», se preguntó Justin Chadwick, CEO de la CGA. La respuesta llegó primero de Ailimpo, cuyo director gerente, José Antonio García, es, curiosamente, copresidente junto con el propio Chadwick de la World Citrus Organisation (WCO), entidad en la que están presentes sendas organizaciones pero no Intercitrus. García salió en defensa de la profesionalidad de los laboratorios europeos y censuró la falta de autocrítica de la CGA. En lugar de reconocer un problema interno, «deciden seguir una estrategia de descrédito», advirtió el ejecutivo para acabar rematando la cuestión sembrando nuevas dudas sobre la oportunidad de tal cuestionamiento: «Curioso que cuando en 2020 tuvieron ‘sólo’ seis detecciones no criticaron el análisis oficial», apuntó.

En busca de rigor

Intercitrus también salió al paso de los movimientos protagonizados por el lobby citrícola sudafricano en varios completos artículos de opinión recogidos por prensa agraria especializada. La CGA, efectivamente, no sólo se limitó a realizar declaraciones públicas como las citadas sino que dijo haber trasmitido idéntico mensaje en una carta a la sección de Sanidad Vegetal del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos de la propia UE (SCoPAFF). En tal misiva, la CGA insistía en sostener que «la UE no está necesariamente aislando con precisión la Phyllosticta.citricarpa (la denominacin científica de esta plaga). Tal vez estén detectando Alternaria y daños por granizo, quién sabe».

Inmaculada Sanfeliu, la responsable de la organización española de la naranja y la mandarina, coincidió en defender la «profesionalidad, independencia y rigor» de tales laboratorios de referencia pero –con mayor contundencia- señaló que, a estas alturas, la «CGA ya no tiene ninguna credibilidad» por lo que Sudáfrica ha dejado de ser «un proveedor fiable» para la UE.

Protocolos internacionales

Sanfeliu lamentó la falta de concreción de las acusaciones de la CGA –que no cita en qué países ni en qué laboratorios se han producido tales «errores»- y reclamó a sus dirigentes que dejen «de confundir y falsear». Acto seguido, la responsable de la interprofesional aclaró que las técnicas de identificación de esta enfermedad usadas en la UE están basadas en las Pest Survey Card de EFSA (la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea) y en los protocolos de diagnóstico de EPPO y FAO, «tres entidades científicas de prestigio e independientes», matizó. «En la UE todos los laboratorios que realizan los controles oficiales, participan periódicamente y por exigencias normativas, en los llamados Proficiency Tests (ensayos interlaboratorios), coordinados por el Laboratorio Europeo de Referencia», continuó la también presidenta del Comité de Gestión de Cítricos (CGC, la patronal que aglutina a los exportadores privados de España). Formas de trabajo, a partir de protocolos internacionales que, además, son auditadas por la Comisión Europea.

Todas las normas de la UE que regulan las importaciones de cítricos desde países afectados por este hongo –que provoca manchas en la piel que inhabilita a los frutos afectados para ser comercializados en fresco- se basan en análisis de riesgo realizados por la EFSA, por paneles de expertos de los Estados miembro, por investigadores independientes sometidos a estrictas y continuas revisiones para evitar conflicto de intereses.

«Las tesis del CGA están avaladas fundamentalmente por el Citrus Research International (CRI), cuyos trabajos financian los propios exportadores sudafricanos», señala a este respecto Sanfeliu. Prueba de ello, recordó, fue lo acontecido en Túnez: durante muchos años el CRI sostuvo que este hongo no era capaz de adaptarse y desarrollarse en el clima mediterráneo. Lo hizo hasta que en 2019, tras varias interceptaciones en Francia con fruta infectada procedentes del citado país, sus autoridades acabaron por declarar que tenían un importante foco que «aún hoy están muy lejos de poder erradicarse», matizó Sanfeliu.

Durante estos años, especialmente desde que volvieron a repuntar las interceptaciones sudafricanas por ‘Mancha negra’ a partir de 2021, la CGA ha tratado de reducir esta enfermedad a una «cuestión cosmética». En sus últimas manifestaciones añadían que «tratar el CBS cosméticamente es fácil, pero fumigar repetidamente para que la fruta esté siempre limpia según la normativa de la UE es suicida e inútil, ya que la fruta en sí no es una vía para la enfermedad».

Y lo cierto es que, según la EFSA, la importación de frutos cítricos (sin hojas ni pedúnculos) no deja de ser una vía posible y «moderadamente probable». Pero se trata de un riesgo –se advirtió desde la interprofesional Intercitrus- «agravado» por el elevado volumen de cítricos importado de Sudáfrica, entre 850.000 y 950.000 toneladas si hablamos de la UE más Reino Unido, de unas 800.000 toneladas en la UE-27.

El riesgo es tal que Estados Unidos –que ya padece la enfermedad en Florida- sólo acepta los frutos procedentes de zonas declaradas como exentas de CBS. La UE, por contra, sí permite la importación de zonas no exentas, pero con las condiciones establecidas en su normativa. «Por tanto, la UE es mucho más permisiva con Sudáfrica que EE UU y, sin embargo, la CGA acata sin rechistar su normativa pero cuestiona la europea de manera continuada (las medidas de mitigación) y, ahora ya hasta las técnicas y los protocolos de diagnóstico», lamentó Sanfeliu.

Gravedad y medidas

La P. citricarpa está regulada por la UE como un organismo cuarentenario cuyo combate es «prioritario», situado en el top 20 de las plagas más importantes. Así lo determinó la EFSA y el JRC (Joint Research Centre), que hicieron los estudios para concluir que el CBS fue la plaga con el 17º mayor impacto de todas (agrícolas y forestales) y eso que el análisis del impacto solo se refiere a una parte pequeña del territorio UE pero que afecta de lleno a toda la citricultura mediterránea.

Ante el riesgo evidente de contagio, Intercitrus (no así Ailimpo) reclama a la CE que permita únicamente la introducción de cítricos originarios de zonas de Sudáfrica reconocidas como libres de esta enfermedad por las propias autoridades europeas. Y, ante la falta de «credibilidad» de Sudáfrica, exige que se proceda al «cierre automático e ininterpretable» de sus importaciones al primer rechazo por CBS y se estudie la posibilidad de hacer inspecciones en origen por parte de funcionarios comunitarios pero a cargo de los exportadores sudafricanos. De igual manera, se reclama que la normativa comunitaria exija que los tratamientos se realicen con los fungicidas específicos más eficaces para el control de esta enfermedad.

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