Desabróchese la camisa, afloje la corbata y baile Tina Turner. Reconozca que es un inútil en el hogar y que suspendía a menudo. Que tampoco tiene ningún talento especial salvo el tesón, porque el esfuerzo no se negocia desde que lo exige Simeone. En definitiva, muéstrese como una persona desprovista de toda virtud y el Reino de los Cielos será suyo. En algún momento de las noches de bohemia con Bertín, Rajoy y Pedro Sánchez estuvieron a punto de admitir: «No, si yo de gestionar un país ni idea; te lo prometo, macho». Son importantes las coletillas y los chascarrillos; el palillo entre los dientes. También decir que se come tres veces al día, que se duerme ocho horas y que se respira a menudo, lo necesario para seguir viviendo. Hay que remarcar lo obvio porque si los ideales son líquidos, los votantes necesitarán algo a lo que aferrarse, y no hay nada más sólido que la rutina. Esa era la gran estrategia: humanizarse por abajo. Al fin y al cabo todos medimos lo mismo en el primer medio metro y también solemos pensar igual hasta la altura de los hombros. El replicante de «Blade Runner» mostró su entera humanidad cuando se pronunció sobre lo fútil de la existencia y la dictadura del miedo. Hoy le hubiera bastado con responder a Bertín qué tal con las chicas en el instituto.