Miguel Cabanela, el médico gallego que operará al Rey de la cadera izquierda, es un reconocido cirujano especializado en reconstrucciones, área que dirige en la prestigiosa Clínica Mayo, en Rochester (Minnesota, EE UU). Pero Cabanela es algo más. El "hijo del médico de Mondoñedo", su localidad natal, a la que viaja dos veces al año, es conocido entre sus paisanos lucenses por su "extremo" compromiso con los pacientes y su carácter solidario.

Cabanela ha probado en Mondoñedo esta personalidad altruista al pasar consulta en su propio domicilio a sus convecinos. El alcalde del municipio, Orlando González Cruz, también médico de profesión, dice que Cabanela recibía en su domicilio a todos los mindonienses que se acercaban con sus radiografías y los atendía para darles su opinión. E incluso "llevó a algunos vecinos para operarlos" en la Clínica Mayo.

Por todo ello, tanto el cirujano que intervendrá al monarca como su padre son hijos predilectos del municipio lucense. "Yo he visto a Miguel renunciar a la celebración de una Nochebuena por ir a visitar a un enfermo que acababa de operar". Habla César Cunqueiro, hijo del insigne escritor gallego y primo de Cabanela.

"Cabanela dejó una cena de Nochebuena para ir a visitar a un convaleciente"

"El Rey -relata- le pidió consejo sobre si debía operarse y él le animó a hacerlo con urgencia". César Cunqueiro describe a Miguel Cabanela como un profesional muy comprometido con los pacientes y con el mundo, ya que colabora con varias ONG en la formación de médicos en África. Y habla del gran compromiso que su primo ha tenido durante toda su carrera con los enfermos. "De hecho, ésa fue la principal razón que le empujó a irse a estudiar la especialidad de traumatología a Estados Unidos, ya que consideraba que en España los médicos no prestaban la suficiente importancia a la atención posoperatoria, algo que allá estaba mucho más desarrollado", añade.

La historia de Cunqueiro y Cabanela es la de dos primos muy cercanos. Álvaro Cunqueiro era el padrino del prestigioso médico y, por su parte, el padre de Cabanela era el padrino de César Cunqueiro. Ambos ahijados comparten una niñez en Mondoñedo, tienen 70 años y mantienen una buena relación que siempre que pueden enriquecen. "Mi padre nunca estuvo muy contento de que Miguel se fuera a Estados Unidos a hacer prácticas. Por aquel entonces no creía que fuera el mejor país para la medicina", recuerda César.

Solidario

Pero Cabanela, tras un tiempo trabajando en Barcelona, se mantuvo en su idea y voló al otro lado del Atlántico. "Hace pocos meses se jubiló, pero va a mantener su residencia en Rochester, en Minesota, aunque viaja mucho para dar conferencias por todo el mundo y, sobre todo, para colaborar con ONG en Vietnam y África, donde forma a médicos de esos países", explica Cunqueiro.

Uno de los hijos de Cabanela es astrofísico en Minnesota y el otro es profesor de inglés en el País Vasco, de donde procede su esposa. Pero en Galicia conserva buena parte de su familia y, siempre que puede, se escapa para verles.

"En agosto estuvo haciendo un recorrido para vernos a todos. Unos días, en Nigrán, con nosotros; otros, en Santiago, con su hermano; y el resto, en Mondoñedo y también en el País Vasco. Es un gran hombre y siempre es una maravilla pasar un tiempo con él", relata su primo. A Cabanela, la pasión por la medicina le viene de su padre, que era un muy querido cirujano general en Mondoñedo: "Todos decían que mientras él estuviera de médico en Mondoñedo no se moría nadie", recordaba Cunqueiro con una sonrisa.

La Clínica Mayo, donde trabaja Miguel Cabanela, está considerada unas de las mejores instituciones hospitalarias de Estados Unidos y una de las más reconocidas del mundo en las especialidades de ortopedia, neurocirugía, cardiología y cáncer. Con 43.820 empleados, este año la revista Forbes incluyó a la Clínica Mayo, una vez más, en su ranking de los 100 mejores lugares del país para trabajar, en el puesto 41 y la segunda dentro del sector sanitario privado.

El doctor Cabanela ha asegurado que el estado general del Rey "es bastante mejor" que el de la media de pacientes que opera, ya que es "un hombre vigoroso" que "está muy bien para su edad" y que toma "pocas medicaciones". Explicó asimismo que una infección como la que afecta ahora a Don Juan Carlos se da en el 1 o 2% de los casos y que el éxito de la cirugía a la que se someterá ahora al jefe del Estado está prácticamente asegurado en el 92-94% de las operaciones.