La familia Franco ha despedido el féretro del dictador del Valle de los Caídos con un "¡Viva España, Viva Franco!", después de que a las 12.54 horas de la mañana de este jueves se abriese las puertas de la Basílica y el féretro fuera conducido a hombros de varios familiares hasta un coche funerario.

La comitiva salió de la Iglesia a la hora citada. La caja con los restos de Franco eran portada a hombros por 8 familiares varones mientras que el resto les seguía a paso lento, hasta depositar el féretro en un coche. Fue en ese momento cuando se escuchó en la explanada del Valle el grito de ¡Viva España, Viva Franco!

Al fondo, desde la puerta de la basílica, presenciaron la escena los representantes del Gobierno: la ministra de Justicia, Dolores Delgado, el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños y el subsecretario del ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.

El féretro estaba cubierto por un pendón con el escudo de la familia y sobre él había una corona de laurel adornado con cintas con los colores de la bandera española.

En el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, el ex teniente coronel de la Guardia Civil que encabezó el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Antonio Tejero, se ha sumado a los manifestantes que se concentran en las inmediaciones.

Con gritos de "Tejero, Tejero" ha sido recibido el exoficial, vestido con camisa blanca y corbata negra, por los manifestantes de extrema derecha que a esta hora protestan por el traslado del féretro de Franco, muchos de ellos con banderas de España.

Hace 43 años, once meses y un día que Franco, probablemente, no recibía tantos "¡vivas!" de los suyos, de los nostálgicos del régimen, de los que estuvieron en el Valle de los Caídos hace ese tiempo, algunos de los cuales han vuelto este jueves a decirle adiós al cementerio de El Pardo-Mingorrubio.

Ellos han sido los protagonistas en su última despedida, las cerca de 250 personas que han acudido a primera hora de este jueves a las proximidades del camposanto para "homenajearle", para darle las gracias por "todo lo que hizo", según repetía Ana.

Estaban a unos 300 metros del cementerio, en el punto donde la Policía Nacional ha situado el cordón de seguridad para que todo transcurriera con normalidad, sin sobresaltos, después de que la Delegación del Gobierno de Madrid prohibiera las dos concentraciones convocadas en apoyo al dictador y su familia.

"¡Viva el generalísimo!", "¡Viva el caudillo!", "Sánchez, profanador de tumbas", "Prensa española, manipuladora" han sido algunas de las frases más aclamadas por los simpatizantes franquistas durante esta mañana, en la que no han faltado el "cara al sol", el himno de España, el de la Legión, el Padre nuestro y el rosario.

Porque los fieles a Franco han rezado mientras caminaban por la carretera hacia el cementerio. Lo han hecho cuando les han comunicado que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid les permitía ir hacia el cementerio.

Micrófono en mano, un sacerdote, con otro párroco al lado, ha echado a andar por la carretera y ha invitado a los concentrados a ir hacía el cementerio, donde se disponía a salir la familia Franco.

En su camino se han cruzado con los hijos y nietos del dictador que iban dentro de los minibuses en los que han llegado desde el Valle de los Caídos.

La "soledad" que han podido sentir en ese punto de la sierra de Madrid ha quedado aquí lejos, porque los fieles a la causa les han gritado en varias ocasiones que "no estáis solos".

El que lo ha sentido más de cerca ha sido Francis Franco, que a diferencia del resto se ha ido del cementerio andando para encontrarse con los franquistas.

"Han estado a punto de detenerme porque decían que había grabado un acto familiar", afirmaba el nieto de dictador resumiendo los últimos cinco "desagradables" minutos del acto en el panteón del cementerio, con dos bisnietos al fondo ondeando una gran bandera preconstitucional.

Alguna otra bandera de ese tipo se ha visto entre los simpatizantes, que han estado coreando consignas toda la mañana como "socialistas, terroristas". El rostro serio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ilustraba una de sus pancartas con la frase: "El valle no se toca, PSOE profanador de tumbas".

"Esto es una venganza, es odio. Es una manipulación estúpida", repetía Rafael, un jubilado que estuvo en la Legión durante casi veinte años y que llegaba ex profeso esta mañana desde Granada para "dar las gracias a este gran hombre".

Le escuchaba de cerca Marius Visovan, un sacerdote que ha llegado de Rumanía "para homenajear al defensor de la Iglesia". "Soy hijo de un combatiente anticomunista", declaraba una y otra vez este párroco a los numerosos periodistas concentrados en la zona en la que han estado la mayor parte de la mañana.

Cerca estaba también Paloma, una elegante jubilada con aspecto de "señora bien" que se interesaba por saber "quién quiere remover esto". "Lo de la exhumación es una orden mundial porque a alguien le interesa. Sánchez es un mindundi que no tiene poder para nada", comentaba.

Ante este ir y venir de gente, de banderas y cánticos se preguntaba una periodista mientras miraba a los concentrados: "¿Verdad que parece una película de Berlanga?"

Allí también estaba Chen, un ciudadano chino que parecía mecer una corona de flores rojas y amarillas, más pequeña que las que ha recibido el dictador antes de las diez de la mañana con frases como "Barcelona con Franco siempre", "Málaga no te olvida" o "Valencia con el generalísimo".

"Pero si no conociste a Franco, ¿por qué vienes aquí?", le pregunta un periodista a Chen, que vive en España desde hace 21 años pero aún no domina bien el castellano: "Yo no conozco, pero sé historia. Él hecho pantanos, hecho sanidad, hecho Seguridad Social. Hoy podemos ducharnos gracias a Franco".