Bronca política

Sánchez y Feijóo llevan su relación al límite al traspasar las barreras personales

El traspaso de las barreras personales es ya una realidad con reproches públicos sobre las parejas sentimentales, amistades del pasado e incluso ataques directos a periodistas

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se dirige al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánche, durante el control al Gobierno.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se dirige al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánche, durante el control al Gobierno. / Javier Lizón

Paloma Esteban / Iván Gil

La política española vive horas críticas. La relación entre PP y PSOE lleva muchos años contaminada bajo la sensación de que los grandes acuerdos son imposibles. Pero en las últimas semanas algo ha cambiado a peor. El ambiente, como reconocen dirigentes de ambos partidos y otros con representación en el Congreso, se ha vuelto irrespirable. El traspaso de las barreras personales es ya una realidad con reproches públicos sobre las parejas sentimentales de unos y otros, amistades del pasado e incluso, desde hace unos días, ataques directos a periodistas con nombres y apellidos como ha ocurrido desde el equipo del PP de la Comunidad de Madrid.

En las últimas dos sesiones de control al Gobierno se ha evidenciado que la situación entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo esta vez ha llegado al límite. Y que ninguno de los dos partidos, aún sabiendo que el escenario es de crispación máxima con efectos en la sociedad, están dispuestos a revertir la tendencia de enfrentamiento. Menos aún con tres citas electorales por delante en las que todos se juegan mucho.

El PSOE, para superar la debacle de las gallegas y revertir el crecimiento del PP aprovechando dos citas, la de Euskadi y sobre todo la de Cataluña, que le son más favorables que a los conservadores. Y el PP, que tiene todas las esperanzas puestas en las europeas, buscando sacar un resultado suficiente en los dos territorios más hostiles para ellos lanzando el mensaje de que siguen creciendo y que el desgaste del Ejecutivo en favor de Feijóo va a más.

En la dirección del PP y en distintos territorios son conscientes de que los últimos episodios no son nada edificantes, y no esconden que les gustaría un tono distinto. Pero, la contradicción está ahí: reconocen que “todo ha llegado tan lejos” que ya no queda más remedio que combatir lo que consideran “una apisonadora” por parte del Ejecutivo, “que se dedica a resistir como puede, mintiendo y acusando al PP de falsedades”.

Y a pesar de que los más veteranos creen que la senda no debería ser un enfrentamiento tan radical, asumen que “no hay otro camino” en este periodo. De hecho, el PP está decidido a llevar hasta el final la investigación sobre el rescate a Air Europa en el año 2020 y las posibles relaciones de la mujer del presidente, Begoña Gómez, con directivos de esa compañía y con el cerebro de la trama Koldo, Víctor de Aldama, que precisamente negoció en nombre de la aerolínea la ayuda millonaria del Ejecutivo, y que además está involucrado en el conocido como ‘caso Delcy’.

Munición por el caso de Ayuso

La advertencia de Feijóo a Sánchez el miércoles fue muy clara: “Si cree que ha dado carpetazo a lo que ha pasado en su casa, se equivoca. Y si no da explicaciones habrá una investigación específica sobre los asuntos que afectan a su entorno más inmediato”. Como avanzó este diario, Génova decidió cambiar su estrategia la semana anterior con respecto a la mujer del socialista. Y ahora ya sí, dicen, “se acabaron las cautelas” y atacarán por todos los frentes: valoran una comisión parlamentaria específica con el nombre de ‘Air Europa’ y acudir al Tribunal Supremo para que se investigue si Sánchez debió inhibirse de votar el rescate a la aerolínea por conflicto de intereses. También recurrirán a la propia oficina que archivó esa denuncia por entender que despachó el asunto preguntando sencillamente en Moncloa.

Lo que fue determinante para activar al PP no fue tanto la petición de dimisión de Isabel Díaz Ayuso por el presunto fraude fiscal de su pareja, como las referencias que Sánchez hizo a Marcial Dorado y sus “vacaciones” con Feijóo, afirmando que con esa amistad si el conservador estuviera en el PSOE “no habría llegado ni a concejal”. Ahí se encendieron las alarmas: “Vamos con todo”, dijeron en Génova.

En el PSOE, precisamente, creen que la línea la ha sobrepasado el PP a todos los niveles por atacar a la mujer del presidente del Gobierno. La realidad es que este asunto añade debilidad a la situación del Ejecutivo, inmerso en el ‘caso Koldo’, que pone en el disparadero a personas importantes de la estructura y que ha terminado sacando fuera del grupo parlamentario a José Luis Ábalos.

Que en mitad de este proceso apareciera otro escándalo que afecta a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid ha dado munición al PSOE.  En las filas socialistas no todos se sienten cómodos con estas lógicas que conducen a dinámicas poco constructivas y asalvajan el paisaje institucional. Desde la comunicación sin filtros del ministro de Transportes, Óscar Puente, hasta la más diplomática de Luis Planas, ministro de Agricultura, hay una mayoría de voces que, dentro del juego político de la confrontación, rechazan el traspaso de líneas rojas con el ataque personal.

Eso sí, los socialistas entienden que quien las ha traspasado en primer lugar es el PP, por lo que tampoco pueden quedarse con los brazos cruzados. Máxime, defienden, cuando “nosotros hemos asumido responsabilidades” por el caso Koldo y el PP exige una vara de medir que no se aplicaría a sí mismo en el “caso Ayuso”.  

"Vida política embarrada"

En Génova cierran filas con la madrileña, pero hay dirigentes que no esconden que se trata de un tema que “desgasta” mucho a la presidenta, y celebran que cambiara su estrategia, dejando a un lado la defensa de su novio y pasara a hablar de “las circunstancias de un particular”. En el PP nacional creen que el camino debió ser desde el principio dejar claro que no hay dinero público de por medio, y que eso lo cambia todo.

La gestión posterior de Miguel Ángel Rodríguez, sutodopoderoso asesor, ha empeorado las cosas. Feijóo evita los reproches, insistiendo en distinguir “las conversaciones privadas de las declaraciones públicas”, en tanto que hay ministros del Gobierno que en redes sociales “insultan a medios de comunicación”. El “y tú más” permanente. Pero la realidad es que no ha gustado que desde la Comunidad entren al ataque tan directo con periodistas, tanto de ‘eldiario.es’ como de ‘El País’. En algunos casos con nombres y apellidos y fotografías. “No se puede entrar ahí”, consideran dirigentes del PP.

Desde la campaña del 23-J, en la que Pedro Sánchez recurrió a las fotografías de Feijóo con un condenado por narcotráfico en los años 90, el PSOE no ha rehuido la estrategia de confrontación directa con el PP. En la cúpula de Ferraz justifican la necesidad de reaccionar frente a los “bulos” o los ataques personales para “poner al PP frente al espejo”. El tono moderado para priorizar las propuestas frente al “ruido” no resultó en la campaña de las elecciones municipales y autonómicas, según argumentan, mientras que la estrategia más dura adoptada después para la campaña de las generales les permitió frenar el envite de la derecha. “Hemos aprendido que no podemos quedarnos callados ante las mentiras”, explican desde el círculo más próximo al presidente del Gobierno comparando ambas estrategias.  

La dinámica perversa de las últimas semanas se ha intensificado a las puertas de un nuevo ciclo electoral y en la dirección del PSOE admiten que “una vida política embarrada” no beneficia a nadie. Genera desafección política, como han reprochado los socios del Gobierno, y desmoviliza hacia el terreno de la antipolítica, con los extremos siempre mejor situados para capitalizarlo. Pese a ello, en Ferraz se escudan en que “no pueden correr noticias falsas” o que “la mentira se abra camino”. Una estrategia de desgaste contra el PSOE, según lo interpretan, ante la que defienden la necesidad de no dejar pasar ni una.

Polarización y medios

El presidente del Gobierno aprovechaba una pregunta este viernes al respecto de la polarización que están fomentando los dos grandes partidos con su estrategia de confrontación para responsabilizar a los populares de iniciar esta dinámica. Por otra parte, justifica en la misma comparecencia que su partido no se quede callado porque “la polarización es asimétrica” y “no puede llevar a la equidistancia”. Ni de los políticos ni tampoco de los medios de comunicación, aseguró para pedir que se diferencie entre “verdad y mentira” y “atacantes y atacados”. Posiciones binarias que tampoco ayudan a la pluralidad en la lectura de la situación política.

El 'caso Koldo', pero sobre todo el señalamiento a Begoña Gómez ha acabado por provocar la respuesta más irada de los socialistas. “Tenemos una oposición destructiva que ha pasado a ser una suerte de oposición tóxica, que piden la inhabilitación de la presidencia del Gobierno por una denuncia que la Oficiona de Conflicto de Intereses ha archivado”, replicaba el jefe del Ejecutivo. Para el PSOE, el origen de esta situación, con algunas actitudes que tildan de antidemocráticas, estaría en que la oposición no reconoce la legitimidad del Gobierno. Y de ahí a un PP que ven mimetizado con la estrategia “trumpista” de Vox.

En este juego de dicotomías y polarización, el Gobierno está arrastrando a los medios de comunicación al foco del debate. El propio pedro Sánchez hizo una reflexión crítica sobre el “silencio clamoroso” de algunos medios, dijo, “ante el intento de amedrentar a compañeros por parte del PP de Madrid y de la dirección nacional”. Porque lo hacen, concluyó, para agitar el debate: “Es una pregunta legítima que nos podemos hacer muchos”.

El ciclo electoral tiene todavía por delante dos comicios autonómicos y unos europeos, y nada hace presagiar un cambio de estrategias basadas en la demonización del adversario. Todo ello, con una legislatura en paréntesis a la espera de que se resuelva la gobernabilidad en Cataluña.