Empezó siendo casi un niño. A la temprana edad de 26 años ya era presidente de su comisión, Mossén Milà. Es el presidente de falla que más tiempo lleva en el cargo, lo que no implica que sea el más viejo. De hecho, y aunque ha costado un poco, Antonio de Zárate se está modernizando. Tras 36 años vistiendo el traje negro que se impuso desde la Junta Central Fallera durante el franquismo, este presidente llevó ayer un traje de torrentí a la Ofrenda.

«Ha sido por mis hijos», explicó a Levante-EMV De Zárate. Y es que este año, su hija menor es fallera mayor de esta comisión de Xerea, y tanto ella como sus hermanos le han insistido al decano de los presidentes de Valencia para que dejara de lado el oscuro y ya obsoleto traje negro (que ahora sólo usan los miembros de la Junta Central Fallera en algunos actos) por algo más actual o más usado, como el traje de torrentí o saragüell. Trajes que comenzaron a usarse de nuevo hará unos veinte años y que a día de hoy son los que predominan en los actos falleros. El hecho de que su nieta, de tan sólo 40 días, desfile ante la Mare de Déu también ha influido en su decisión de cambiar su «look» fallero.

Antonio estrenó su nuevo traje de torrentí en la presentación de su falla, hace unos 20 días. Al llegar a la presentación, el resto de presidentes de otras fallas, que lo conocen como el hombre del eterno traje oscuro, se sorprendieron sobremanera. «Se cachondeaban de mí, pero qué le vamos a hacer, los hijos mandan», comentó resignado el último presidente de negro.