La familia de Jesús Francisco Marcos está pasando «por un infierno» desde mayo del año pasado. Al drama de una hija de dos años a la que diagnosticaron un cáncer en el hígado con metástasis en los pulmones, se sumó la imposibilidad de poder garantizarle descanso y facilitar así la recuperación. El traslado en febrero de 2014 de la falla Carteros-Litógrafo Pascual y Abad-Cruce Primero de Mayo, debajo de su vivienda, ha supuesto un foco de problemas por el enorme ruido que soportan desde entonces. Según Marcos, el bajo de la agrupación fallera «no se ha adecuado correctamente para el uso que hacen de él los falleros, y a pesar de ser un local tipo B, que implica que no es de pública concurrencia, se presenta cada fin de semana un número elevado de personas, incumpliendo la normativa del ruido de Valencia a la que se suponen sujetos». Así, denuncia que en horario nocturno han de soportar «gritos, arrastramiento de muebles y golpes contra paredes que se transmiten al interior de mi vivienda debido a una ausente insonorización».

Para Marcos, lo más grave del asunto es que todo ello cuenta, en su opinión, «con el beneplácito del Ayuntamiento de Valencia, ya que según los falleros, les permite estar abiertos hasta la 1,30 de la madrugada». Asegura, además, que aunque han recurrido varias veces a la Policía Local, y han presentado hasta denuncias, el consistorio «hace caso omiso». Insiste Marcos en que se ha intentado contactar con el mediador de la Policía Local, «por un lado a través del administrador de la finca y por otra a través de varios agentes que han acudido diversos fines de semana a mi casa, pero desde octubre seguimos esperando una citación que no llega». Ante lo infructuoso de sus intentos por remediar la situación, recurrió entonces a la Junta Central Fallera, ante la que expuso la delicada situación familiar.

Desde la Delegación de Incidencias de JCF se le contestó que el presidente de la falla había acudido a la llamada, «manifestando la voluntad de solucionar los problemas puntuales con mediación de Policia Local». En cuanto a la insonorización del local, el máximo representante de la agrupación justificó ante la JCF que no está acabada «faltando los pilares y que la acometerán cuando tengan posibilidad económica». Frente a esta contestación, la familia tenía previsto contactar esta misma semana con representantes del Ayuntamiento, algo pospuesto de momento por la intervención quirúrgica de la pequeña.