Sara María Rivero, de la falla Gayano Lluch-Doctor Marco Merenciano,, quería hacerse una foto con algún tipo de animal poco habitual. El parque Mundomar de Benidorm le abrió las puertas para que hiciera prácticamente lo que quisiera. En una sesión privada pudo jugar y alimentar a un león marino y luego se encerró en la jaula de los lemures. Aseguraba que le habíamos conseguido «la ilusión de su vida». Después, un pequeño paseíto por la playa de Levante para dejar con la boca abierta a los turistas invernales de una villa que, pese a su carácter cosmopolita, tiene una tradición fallera de varias décadas.