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Ofrenda con paraguas y chubasqueros

La Junta Central Fallera permite en el segundo día de Ofrenda el uso de medios para resguardarse de la lluvia - El primer día transcurre entre los lamentos por la bajada de las temperaturas y el temor a las precipitaciones - El cambio en la ubicación de la imagen mejora su contemplación desde los dos accesos

La Junta Central Fallera mantiene, pese a la lluvia caída y la que está prevista, la agenda fallera oficial en el horario previsto, que incluye la segunda jornada de la Ofrenda. Eso sí, ha anunciado que en el acto permitirá a los falleros el uso de paraguas y chubasqueros. También ha recomendado a las comisiones que mantengan las filas más unidas y que aligeren el paso cuando no llueva en beneficio de las que desfilan a continuación.

El frente de lluvias sí ha obligado a suspender la novillada sin picadores de esta mañana en la feria taurina de Fallas.En el festejo estaban anunciados los noveles Sedano Vázquez, de la Escuela Taurina de Castellón, el granadino Juanjo Romera y el valenciano Juan Antonio Navas, que iban a lidiar erales de García Jiménez.Para esta tarde está prevista la celebración de la sexta corrida de toros del abono, con la actuación de Francisco Rivera Ordóñez, Morante de la Puebla y Alejandro Talavante, con un encierro de la ganadería de Zalduendo.

Normalidad en la primera jornada de la Ofrenda

La primera parte de la Ofrenda concluyó con poco público en las calles a causa de la celebración en martes y la noche fría, aunque la lluvia respetó completamente la jornada y la primera mitad de las comisiones pudo completar el festejo sin problemas.

Tras la entrada de María Donderis y su corte de honor en la Basílica quedaban contabilizadas un total de 53.962 personas que habían dejado 28.153 ramos, con los que el manto ya estaba muy avanzado.

A las siete de la tarde, apenas tres horas después de arrancar la ofrenda, un penetrante olor a clavel impregnaba ya la Plaza de la Virgen. Los encargados de vestir el traje de la Mare de Deu dels Desamparats „ cuarenta y siete «vestidors» este año„, se afanaban limpiando los ramos y lanzándolos a los compañeros encaramados en lo más alto. Hasta 60.000 «bouquets» pasarán por sus manos en estos dos días, hasta confeccionar un manto rojo, blanco, amarillo y rosa. Pasado por agua, y también frío. «Si plou, la deixarem caure», apuntaba con resignación Rafa Jordá, dirigiendo el arreglo de las flores a los pies de la Geperudeta.

Una taréa laboriosa, pero agradecida, aseguraba quien lleva 36 años desempeñándola. «Esto no es un faena, es un privilegio», incidía, para aseverar que hay demanda para «entrar» en un selecto grupo que cuenta ya con nueve mujeres. «No es fácil trabajar arriba porque tan cerca de la madera se pierde la perspectiva pero es gente con veteranía ya», comentaba, mientras un compañero corregía alguna desviación con un puntero laser. Ajenas a ese ajetreo, las falleras desfilaban ayer con la emoción propia de la cita, y con un punto de agradecimiento las que habían conseguido esquivar la temida lluvia.

El cambio en la ubicación de la imagen, unos metros más atrás que en anteriores años, y ladeada hacia la calle Barchilla, permitía una mejor visibilidad desde éste acceso „ históricamente el peor„, sin perder la posición de privilegio de la calle del Micalet. La entrada en el recinto opera tal metamorfosis en falleros y falleras, que los bailes y risas de minutos antes se trocan en sorprendente llanto cuando vislumbran a la «mareta». Mucho tiene que ver ahí también el papel de los «speakers», que calientan el ambiente con la entrada de cada comisión al recinto. «Avant, bonica ahí tens a la teua Mare de Deu», o «Estaves dessitjan vore-la des de que eixires del casal», o «El dia que estaves esperant ha arribat», forman parte del repertorio de frases que toca la fibra de los desfilantes. Especialmente entre ellas. Pocas superan la prueba sin que se les escape alguna lágrima.

No acaba ahí la liturgia. Hasta Lola Johnson „ de la comisión Norte Doctor Zamenoff„ se desprendió del ramo, rojo en su caso, con un emocionado beso. Como Amparo Pascual y Amparo Favià Pascual, madre e hija, a la vez que falleras mayor e infantil de Pérez galdós Calixto III. «Ahí están, mare i filla, les dos reinetes de la seua falla davant de la Mare de Deu», se oía por la megafonía. El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, seguía atento la evolución de la Ofrenda a la puerta de la Basilica. Sin embargo, todas las miradas confluían ayer en dos puntos. Entre la «Geperudeta» y un cielo amenazador.

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