El concejal de Cultura Festiva Pere Fuset, movió ficha ayer después de las tres reuniones protagonizadas por los agentes institucionales de la fiesta de cara a tratar de recuperar o no las relaciones. Ayer confirmó que sí que regresará a los plenos en el correspondinete a octubre. Por lo que respecta a las asambleas y después que los presidentes le reclamaran el regreso «sin condiciones», aseguró que el lo hará cuando los mandatarios hayan decidido si celebran o no un Congreso Fallero, con la particularidad, en todo caso, de que el regreso será sí o sí, tanto si hay como si no hay. El edil dijo ayer que «mi apuesta sigue siendo el diálogo con todos los agentes de la fiesta y esta semana han existido avances significativos. Volveré al pleno este mes, donde están los delegados de las fallas y los presidentes de agrupación para explicar la gestión festiva, que no ha cesado nunca y que nadie va a bloquear».

Resulta evidente que este regreso es, de alguna forma, un guiño al talante que hubo en la reunión con los miembros de la Junta Central Fallera (algo que, por otra parte, ha suscitado toda suerte de críticas contra ellos por parte del sector más crítico contra el concejal, y que han alcanzado también a falleros que han tratado de mediar en la polémica). Los presidentes reunidos por la Interagrupación censuraron a Fuset que impulsara un Congreso que, según aseguran, sólo ellos pueden promover.

El siguiente paso será la próxima semana cuando empiezan las conversaciones sobre el bando de fallas. «Hay colectivos falleros que ya nos han transmitido sus propuestas y confío que se unan otros, por lo que hemos ampliado los plazos iniciales. Como concejal y presidente me sentaré a hablar de fallas y sólo de fallas», añadió.