Al concejal de fiestas le ha aparecido un problema con la instrucción que se realiza en los juzgados de la instalación de gradas en los conciertos de la Gran Fira, durante cuyo montaje falleció un operario. Los imputados (los empresarios musicales) señalaron al edil como responsable de la idea. Ayer, Fuset aseguró que «no es verdad: fueron ellos los que lo sugirieron. Pero, en cualquier caso, la contratación y montaje de las gradas era cuestión de ellos. El ayuntamiento cedía el terreno, escenario y sonido y el resto era gestión suya. Es una estrategia de defensa, pero no es la palabra de uno contra otro: nosotros tenemos documentación». Y mostró un pliego en el que varios de los promotores aseguraban que éstos «se hacen responsables del montaje y desmontaje de las gradas, así como de los accidentes que se pudieran derivar del uso de las mismas». El documento está fechado el 2 de julio, días después de producirse el accidente, pero antes de consumarse el fallecimiento del trabajador.

El caso es que el ayuntamiento ya les ha comunicado a los organizadores que este año no habrá gradas. «No es una relación causa-efecto de lo que se ha declarado, aunque al final todo influye» dijo ayer el edil, a lo que añadió que «son los propios promotores los que me han enviado una carta quejándose de esa ausencia de gradas». En el escrito le expresan su «total desacuerdo con la decisión de no instalar las gradas en 2018». Aseguran en el escrito que «todos intuimos las causas (...) El accidente del pasado año fue una gran desgracia personal. No vamos a entrar en si hubiera podido evitarse o no, pero tenemos claro que nunca debe servir de justificación para que se abandone la instalación de la grada». Ayer, Ciudadanos tildó la negociación de «chapuza» y pidió al alcalde Joan Ribó que «aclare si las gradas de Viveros se instalaron y usaron sin adjudicación del contrato».