Con un "¡Nos vemos dentro de 25 años!", la falla Convento Jerusalén despide su 125 aniversario en forma de libro, pensando en que, dentro de una generación, los ahora jóvenes de la comisión editarán el del 150, contando con el testimonio de los que entonces pasarán a ser los grandes veteranos de la misma, como es José Alfredo Ibáñez el decano de la comisión en la actualidad. Es el ciclo de la vida, el mismo que les hizo celebrar el centenario en 1993 y las bodas de diamante en 1968.

El casal de la comisión acogió la fiesta de presentación del libro con un lleno total. Se dieron cita los falleros de la misma (es la falla con más censo de las que integran la Sección Especial) y personas vinculadas a la misma. Con la presencia de las dos falleras mayores de València, Marina Civera y Sara Lárrazábal, que recibieron los primeros ejemplares, así como las falleras mayores y presidentes del 125 aniversario (Hortensia Ferrer Roig, Susa García Pérez, Álvaro Lacruz Ots y Santiago Ballester Casabuna) y los del nuevo ejercicio (Elena Bolumar Fenollar, Patricia Virosque Casañ, Pablo Gascó Loras y Francisco Segura Hervás) el que, tal como se dice en la última frase de la publicación, comienza la primera página del siguiente libro, que llegará en 2043 con el 150 aniversario. Aunque, en 2031, si la normalidad preside el curso de la comisión, pueden celebrar un hecho al alcance de muy pocas (realmente, sólo de Na Jordana): 75 fallas consecutivas en Especial.

Un total de veinticinco firmas y una ingente cantidad de procedencia de las ilustraciones sirven para hacer un recorrido por la historia del barrio y su evolución urbana, la historia de la comisión, el palmarés y algunos de sus elementos distintivos históricamente, como los paradores o los adornos de calle. Y, sobre todo, las anécdotas ("Historias de Convento"), un reportaje coral que es uno de los capítulos más entretenidos junto con la biografía de artistas y las fotos de todas las fallas, ninots, presidentes y falleras mayores. 125 años de historia, seis generaciones de valencianos, condensadas en 268 páginas.

Es la evolucion del barrio, un estudio llevado a cabo por Javier Mozas, uno de los capítulos más llamativos por lo que supone el cambio paisajístico de la barriada incluyendo tomas aéreas, historia de antiguas fábricas o comercios.

Curiosamente, la falla pudo celebrar el 125 aniversario hace dos años, pero no fue así. Porque la falla primigenia estuvo a punto de constituitse en 1891. Así consta en la prensa de la época: la intención de vecinos de la zona de plantar falla, algo que, posteriormente, no se materializaría. De hecho, no consta en ningún listado oficial.

Algo que sí que ocurre con la falla plantada en 1893, solicitada por José Guillot García bajo el nombre de Jerusalén-Buenavista (Matemático Marzal sería a partir de 1922). Se conserva una reproducción de la portada del llibret y se sabe también el argumento de la misma y que la banda de música era la del Patronato.

El paso del tiempo convertiría esta agrupación primigenia en una de las más importantes de la ciudad a lo largo de la historia. Siguiendo la costumbre de la época, la falla se plantó de forma esporádica durante las primeras décadas aunque de 1917 a 1936 tan sólo faltó a su cita dos veces. De este periodo es su primera título de mejor falla de la ciudad (aún no existía la Sección Especial), con la falla de Dante y Virgilio de 1913. Una de las aportaciones más valiosas del libro es la existencia de hasta tres fotos de esta falla en perspectivas diferentes de la clásica tomada a pie de falla, incluyendo una en altura de valor incalculable.

Tras la Guerra Civil, la comisión se reorganizó en 1942 y ya ha existido de forma ininterrumpida. Primero, consiguiendo una serie de victorias en la Sección Primera gracias a la presencia de Regino Más (se habituó a ganar en Especial con el Mercado y en esta comisión en la categoría de plata) hasta que dio el salto a la máxima categoría en 1957, de la que ya no se ha bajado. De las 62 fallas, 49 han sido podio, incluyendo 15 victorias, la última, en el año del 125 aniversario, el pasado mes de marzo.

El libro, que ha sido dirigido por el secretario de la falla, Rafa Cartagena junto con Javier Mozas, es el resultado de un año y medio de trabajo de recopilación y selección. El presidente del 125 aniversario, Santiago Ballester, destaca en sus páginas "la gran responsabilidad que tenemos para asegurar el porvenir de nuestra comisión. Un futuro que obliga a trabajar todos en la misma dirección, con respeto y humildad. Esto sosn los principos que siempre he visto en Convento y los que la han convertido en la gran comisión que es hoy".

El remate, además de la memoria gráfica del año del aniversario (incluyendo los actos principales, como las presentaciones, la visita de la Virgen o la gala conmemorativa y cuanto aconteció en la semana fallera) finaliza con un particular salón de la fama. Desde Mari Carmen Abarca, fallera que lo fue en 1958, a Javier Zurutuza, fallero en los años setenta y ochenta, un listado con más de 2.800 hombres y mujeres que han formado parte de la comisiíon en algún momento y de los que se tiene constancia, ordenados alfabéticamente.

El acto concluyó con la foto de grupo, que quedará en la posteridad, con los falleros y falleras flanqueando a las falleras mayores del 125 cumpleaños. A esa edad, superado la plata, oro o diamante, ya no queda metal o gema en el catálogo para ser las "bodas de". Por eso tan pocos llegan a ese aniversario.