Eran majestuosos los titanes que ayer se disputaban el reconocimiento de ser el mejor monumento fallero de 2019, pero solo podía ganar uno. Así, la Falla Convento Jerusalén no logró revalidar la victoria obtenida el pasado año y no puede decirse que fuese por falta de predisposición. Y es que, la del artista Pere Baenas es la falla que ha contado con el presupuesto más elevado. El ritmo de «El Musical» no logró enganchar a los nueve miembros del jurado, pese al asombroso cambio de concepción respecto a monumentos anteriores. Quedó tercera.

Pero, sin duda alguna, la gran decepción se produjo en la Falla del Pilar. Tocaron a las puertas del éxito, pero estas no se abrieron para el monumento que se postulaba como el gran favorito. «Qui mou els fils?» no dejaba indiferente a quien fuese que se acercase a contemplar la crítica satírica de Paco Torres. Por tercer año consecutivo, el artista fallero aspiraba a encumbrar a la histórica comisión, que no valida sus monumentos desde el año 2015.

Quizá fue su disposición horizontal o la verticalidad de sus dos remates aéreos, pero la transversalidad compositiva que defendía este año, pese al detalle de los diseños de sus figuras, no fue suficiente para romper la ya demostrada hegemonía y proclamarlos orgullosos ganadores.

Desde hace cuatro años, cuatro son las comisiones que se disputan el honor de proclamar a su monumento la mejor falla de Especial. Así, l'Antiga, Convento Jerusalén, Cuba y Pilar dibujan un statu quo fallero en el que nada puede darse por sentado.

El varapalo del Pilar

«Una gran decepción, no se puede definir de otra manera». Con una voz entrecortada, Rocío Huercio, fallera mayor de la Falla Plaza del Pilar, reconoció el duro golpe que ha supuesto ver a su monumento relegado a un meritorio segundo puesto. Un varapalo que no ensucia su reinado. «Sé lo que me ha plantado Paco en la Falla y podemos estar muy orgullosos». No le falta razón.