Rodeada de 'les perletes del Turia', Amparo Doñate, fallera mayor de Just Vilar-Mercat del Cabanyal, pone al mal tiempo buena cara junto a las que a día de hoy son su gran apoyo, sus homólogas en el cargo, también el rostro visible de las distintas comisiones que vertebran el sector Canyamelar-Grau-Nazaret.

Con una sonrisa, pero el corazón roto, trata de encajar este duro golpe para la fiesta y reconducir su agenda y la de la comisión a la que representa: "tu ilusión es vivir las fallas de marzo, quemar tu monumento en la noche de San José pero tienes el apoyo de tu falla y de tu seres queridos, que te da mucho ánimo".

Amparo recuerda pasar toda la noche en estado de shock al conocer que las fallas se aplazaban: "al día siguiente que me derrumbé". Pero nunca estuvo sola, sus amigos y falleros la apoyan incondicionalmente. "Las fallas de 2020 se celebrarán de una forma u otra y lo vamos a superar todos juntos porque nuestro sentimiento no va a decaer en ningún momento"

Por sus venas corre sangre fallera, pues desde bien pequeña ya formaba parte de esta comisión del Marítim y fue fallera mayor infantil con 10 años. Es por ello que la decisión de aplazar la fiesta ha supuesto un duro revés: "Es como si tuvieras que aplazar una parte de ti porque las fallas están en nuestro ADN, forman parte de nuestra manera de hacer las cosas", confiesa emocionada.

Sobre trasladar la fiesta al mes de julio reconoce que el calor es un hándicup, pero no necesariamente un impedimento, pues "hay muchos falleros que se van a vestir porque lo son corazón. Eso sí, se tendrán que reajustar los horarios de ciertos actos porque "es impensable una Ofrenda a mediodía en pleno julio o mascletà.

Pero como buena valenciana y fallera, destierra todo sentimiento negativo y mantiene la ilusión: "si no son en julio, serán en octubre o en 2021, pero lo viviremos todos juntos y serán las mejores fallas de la historia".