La asamblea de presidentes del mes de diciembre someterá a votación (y, por lógica, aprobará) la celebración del Congreso Fallero con el que se procederá a revisar el Reglamento Fallero. Así lo ha anunciado el concejal Carlos Galiana, que cuenta con poder establecer por lo menos un debate al respecto. Esa votación lo que hace es aprobar los protocolos previos del mismo y, por consiguiente, darle el particular banderazo de salida. Pero si la asamblea debe ser nuevamente telemática, se aplazará a cuando se pueda celebrar presencialmente.

El Congreso Fallero sirve para actualizar o cambiar la particular Constitución de las Fallas. En ese debate se prevén dos líneas muy claras: las modificaciones de menor calado, cambios al socaire de los acontecimientos y las modificaciones que lleva que la fiesta no es la misma que hace veinte años (la última vez que se celebró un Congreso) y otro, de gran alcance, que sería la separación de la Junta Central Fallera de la tutela municipal, con las ventajas e inconvenientes que esto conllevaría.

Sobre la retirada de las fallas que hay guardadas en La Marina, para ser trasladadas a Feria València, recordó que no han comunicado nada a las comisiones "porque aún no hemos firmado el contrato con la empresa que las transportará" pero que el traslado no se hará sin la presencia de los artistas y, por ende, de las comisiones.

La falla Blas Gámez-Ángel Villena obtuvo definitivamente la ratificación tras superar el exámen técnico de segundo año. A pesar de estar tan cercenada como cualquier otra, no pudiendo plantar su segunda falla, ha obtenido todos los predicamentos a favor. Su presidnete intervino para agradecer el visto bueno.