La suerte de las Fallas 2021 está echada en su primer episodio. y el próximo viernes se escenificará el cuándo, el cómo y el porqué. Ese día es cuando está convocado el grupo de trabajo para reunirse con la secretaria autonómica, Isaura Navarro. «Hablaremos de las Fallas 2021 y el martes siguiente se convocará un pleno extraordinario para tomar decisiones». Ayer, el concejal Carlos Galiana no quiso dar más detalle. Porque es la Generalitat la que marcará los máximos y sólo a partir de ahí se podrá decidir qué hacer. A falta, lógicamente, del posterior refrendo de la asamblea de presidentes. Y no se salió de ese guión, porque Vicente Sirera si podía dar algún detalle y ahí se quedó porque no lo hay.

La hoja de ruta, hay que recordarlo, es, era o será la de asumir que las Fallas no se planten en marzo. Y que la idea sería dosificar las actividades en función a las posibilidades sanitarias que haya en los meses siguientes. El 10 de marzo, el mismo día que se canceló la fiesta, se quiere o quería quemar la Meditadora en un evento ritual. Y junto a esto, aquellas actividades que pudieran realizarse, casi rayando en lo simbólico.

Ningún factor ha ayudado en los últimos tiempos para mejorar el panorama. El debate llegará en el peor momento imaginable en contagios y fallecimientos. Pensar, a dos meses vista, en articular un programa, resulta casi imposible. A lo que hay que añadir la lentitud en el proceso de vacunación. Ni siquiera la imagen de las concentraciones humanas durante la llegada de los Reyes Magos a la ciudad echan una mano. Y más allá de que, aún estando ahora en uno de los peores momentos, la lógica de los acontecimientos sería que la ola, ahora desbocada, se irá aplanando. Pero en estos momentos el horizonte que parece más ambicioso es el de salvar el mes de julio.

«Cansancio en las directivas»

Fue Vicente Sirera quien aportó otro aspecto a tener en cuenta: que dentro de poco empezarán otros obstáculos en el día a día de las comisiones: «empieza a haber cansancio en las directivas, hay que tomar decisiones con las falleras mayores y deberemos saber cuándo se cerrará el ejercicio de 2021». Al que le queda, poco más de dos meses.

Eso llevó a otro tema: una vez finalizado el plazo establecido del 31 por ciento, el crecimiento vegetativo del censo fallero es negativo en 10.336 falleros menos. Un diez por ciento del total. Dos mil nuevas altas y doce mil bajas. Dijo Galiana que «perder un uno por ciento ya es mucho» y Sirera volvió a incidir en que «son pocas para lo que está cayendo y el ayuntamiento debe empezar a pensar lo que han hecho las comisiones para alcanzar sólo estas cifras». En alusión a nuevas ayudas. Galiana, que recordó que ya se ha subido un cinco por ciento más la subvencion, prometió que «conforme vayamos sabiendo más cosas, seguiremos implementando medidas».

El resto del pleno fue de impotencia. El propio de la situación que se vive. Concursos cancelados por doquier. Ni siquiera el padel, que es prácticamente lo único que podría hacerse, porque se celebra en la confinada Massanasa.

«Esperamos reanudar la normalidad». «Tampoco hay mucho más que decir». «Animo que saldremos de ésta, más fuertes». «Las fallas están heridas, pero no están muertas» fueron algunos de los pensamientos en voz alta que se escucharon durante el debate on line.