La Junta Central Fallera organizará cuatro jornadas para entregar los "bunyols de brillants" y los intercambios de fotos de falleras mayores e infantiles, eventos que, normalmente, tienen lugar en el mes de febrero.

Será, en concreto, los días 17, 18, 24 y 25 de abril, en el Palacio de la Exposición. Unos actos que estarán supeditados y condicionadosen fórmula y aforo por las restricciones sanitarias que haya en ese momento.

La concesión de las recompensas es uno de los procesos que no entienden de pandemias. Aunque haya sido un ejercicio prácticamente sin actividad, es tan ejercicio como cualquier otro. Por lo que cuenta para conseguir las recompensas, desde el "bunyol de coure" al de brillantes. Y por eso, cientos y cientos de falleros se han unido este año al club selecto de "veteranos de la fiesta" y hay que entregarles la recompensa de manos de la fallera mayor de València, Consuelo Llobell.

En caso contrario, se produciría un atasco de cara a 2022 muy difícil de gestionar al unirse los brilantes de los dos años. Teniendo en cuenta, además, que cada año son más personas las que alcanzan los años necesarios para conseguirlo a consecuencia del crecimiento exponencial de los censos en las últimas décadas. Para conseguirlo hay que estar censado 30 años, tiempo que se acorta habiendo sido directivo.

Cada año son más los falleros y falleras galardonados.

También se incluirán los intercambios de fotos de las falleras mayores con Consuelo y las infantiles con Carla Garcia. Es decir, aquellas que han sido nombradas en este ejercicio. Que han sido apenas unas pocas, pero las hay. Especialmente en comisiones que en 2020 no tenían fallera mayor y que han nombrado en este nuevo ejercicio.

Hubo un tiempo en el que estas recompensas y fotos se despachaban en una única sesión y rápida, pero el aumento de galardonados y de comisiones (y, por ende, de falleras mayors) ha obligado a establecer un operativo de dos fines de semana, en sesiones dobles, en un programa de festejos convencional.

El Palacio de la Exposición ya acogió la versión reducida de la entrega de premios de actividades falleras el pasado mes de septiembre y la coyuntura de abril es la que indicará qué aforo se permite. En cualquier caso, no parece que pueda ser, en ese sentido, parecido al acto tradicional, en el que el Palacio se abarrota.

Este traslado forzoso no puede ser un ensayo, pero casi, de una duda suscitada cada vez más: trasladar estos actos a después de Fallas, cuando el calendario está menos saturado. Aunque el enunciado lógico es recibir el "bunyol" durante el ejercicio en curso, no después. Las falleras mayores sí que tendría más lógica de relato porque éstas no acaban el 19 de marzo, sino que prolongan los mandatos durante varios meses.