Emocionada y feliz. Así se sintió Ani ayer al ver por primera vez erl monumento con su rostro. «Aunque no soy fallera, me ha gustado mucho y no me lo esperaba tan grande», ha explicado a Levante-EMV.

Con 14 años, esta joven se ha convertido en la cara visible del trabajo de la Casa Ronald McDonald. Reconoce que para ella es un orgullo, ya que «mi imagen representa a todos los niños con leucemia».

Su hermana pequeña y su padre, que también aparecen en la falla, la acompañaron durante su visita y estuvieron hablando con el artista y distintos miembros de la comisión. «Nos ha encantado a todos y vendremos más veces», ha señalado Ani.

Por su parte, la Fallera Mayor, Carla Pascual, ha destacado que «nos hizo mucha ilusión colaborar con esta fundación y darle visibilidad a través de las fallas». Además, «creamos un pañuelo rosa y unas chapas para recaudar dinero», ha concluido.