Son nombres que empezarán a hacerse familiares con el paso de las semanas. Se quedaron por el camino muchas más. Por ejemplo, Mayu Ruiz, aunque su triunfo había sido anterior al callar bocas. O la representación de l’Amistat, madre e hija; o la fallera adulta de els Juvenils, de tan sólo 16 años; o las dos de más de cincuenta. Es lo que tiene un proceso que deja a muchas por el camino, pero que es lo que es. Muchas empiezan la carreray muy pocas la finalizan. Este año más, porque el número de aspirantes se había reducido.

Ahora todas ellas afrontan un año lleno de incógnitas: qué tipo de actos podrán celebrar, qué visitas podrán hacer y en qué condiciones sanitarias (que equivale a estéticas) podrán hacerlo.

Eva Alcahuz Martín.

26 años. Palleter-Erudito Orellana. Por segundo año tienen representación entre las adultas. Eva toma el relevo a Andrea Grau. Ya estuvo en la corte infantil, la de 2005. Es profesora interina tras conseguir el grado de educación primaria con especialidad inglesa. Un nombramiento emotivo en la medida que su abuelo, uno de los fundadores, falleció hace poco.

María Albors Calduch.

21 años. Plaza del Pilar. Enfrascada en oposiciones tras conseguir la graduación en derecho, es fallera de toda la vida en el Pilar, comisión especial que también suma. Curiosa una de sus dedicaciones en la comisión: es la delegada de protección de datos.

Claudia Mas Galarza.

22 años. Exposición-Micer Mascó. Regresa tras su paso por la corte infantil de 2009. En su año de fallera mayor infantil ganó la Sección Especial. En su año de fallera mayor no lo ganó, pero se llevó un tercer premio que era casi como ganar. Oposita a gestión procesal. Es hija del presidente de la comisión y antiguo directivo de la JCF, Manuel Mas.

Beatriz Buuigues Montoliu.

25 años. Marqués de Solferit. Ha pasado de participar en la última Fonteta como miembro del espectáculo a hacerlo como candidata electa. Estudia el cuarto curso de enfermería. Marqués de Solferit regresa a la zona noble.

Sofía Guillot Aleixandre.

23 años. Lope de Vega. Trabaja en la empresa de restauración familiar. Fue fallera mayor infantil en 2010 y con ella, la comisión continúa con representante, sucediendo a Martina Bellver. En la comisión está en el grupo de presentaciones. Si padre es Miguel Guillot, miembro del grupo de opinión G8 y es  hermana del mago G Aleixandre.

Marina Ballester Esteban.

29 años. Plaza de Luis Cano. Es responsable de distribución y ventas de una empresa. Es la más mayor del grupo y le hace justicia a una hija del barrio: su abuela tenía la mercería puerta con puerta con el casal.

Lucía Payá Ramírez.

24 años. Maestro Aguilar-Matías Perelló. Maestra de educación primaria, preparando oposiciones, recupera el apellido Payá desde esta demarcación para la corte, haciendo honor a su condición de fundadores de la comisión.

Carmen Martín Carbonell.

24 años. Poeta Alberola-Totana. Repite tras Sara Rivas la comisión de Totana y vuelven las odontólogas. Carmen, además, trabaja en el consultorio de Lucía Gil, fallera mayor de 2006.

Camila Román Pérez.

22 años. Reino de València-San Valero. El doblete de Russafa A se completa con una profesora de danza y titulada en integración social. Es fallera desde 2006 y su elección se sabrá en Argentina, de donde es su madre

Carla Juliá Fernández.

27 años. Quart-Palomar. Le ha costado más de un intento y más de una fonteta, pero consigue, diez años después, lo mismo que su hermana Patricia. Y además, rompiendo los estereotipos.

Carla Colprim Martínez.

27 años. Doctor Olóriz. Y con una técnico de análisis y control de calidad química y más cosas, Doctor Olóriz vuelve a saludar al mundo de la corte. Una esquiadora (no en época de fallas) que es fallera desde que nació, especializada en las coreografías de la presentación.

Paloma Eroles Martínez.

25 años. Conde Salvatierra-Cirilo Amorós. Paloma y Valentina Ravello completan el único doblete de la noche. Ella es tutora en el colegio Gudalaviar.

Carolina Soriano Alabau.

28 años. Virgen de Lepanto. Y continúa la fiesta en Castellar. Después de Marta Alacreu y Natalia Vilanova llega esta técnico de laboratorio en la depuradora de Pinedo y estudiante de psicología, de apellido Alabau, muy del pueblo que la vio nacer.