Orfebrería artesanal para el mundo fallero

El 99% de la demanda de una de las principales tiendas de orfebrería artesanal de València es del sector fallero

Elisa Peris Roca en su taller de orfebrería artesanal.

Elisa Peris Roca en su taller de orfebrería artesanal. / Ariadna Martínez

Ariadna Martínez

Elisa Peris, propietaria de la tienda Orfebres Peris Roca, dejó su vida de médico intensivista para orientarse a la orfebrería artesanal, pues forma parte de la tercera generación de una familia de orfebres. "Mis padres se iban a jubilar, el taller iba a cerrar, y fue entonces cuando pensé: 'ostras, yo siempre he querido hacer algo creativo...' Y cambié de vida", cuenta. Su establecimiento, que lleva 105 años abierto, ganó el año pasado el Premio Artesanía de la Comunidad Valenciana, donde se reconoció "la trayectoria profesional" del lugar y "el saber hacer".

Elisa Peris Roca en su tienda.

Elisa Peris Roca en su tienda. / Ariadna Martínez

Anteriormente ubicado en la calle Sueca y relocalizado en los años 70 en la calle de la Bolsería, esta firma comenzó dedicándose a la orfebrería sacra (cofradías, iglesias...), pues "el mundo fallero en 1918 aún no estaba ni arrancando", cuenta Elisa. Sin embargo, ahora "el 99% de la demanda es del sector fallero", explica. El groso de sus clientes son falleras mayores. Ellos se dedican, además, a joyas de novia y a objetos artísticos contemporáneos.

Joyas de la tienda Orfebres Peris Roca.

Joyas de la tienda Orfebres Peris Roca. / Ariadna Martínez

El mundo de lo artesanal lleva años teniendo dificultades para sostenerse: "Yo tengo la suerte de poder vivir de la artesanía y de tener un negocio porque estamos en València porque si no, estoy segura que en Zaragoza, o en Murcia, o en otras ciudades donde las fiestas no mueven tanto sector económico, no tendríamos este volumen de trabajo. Son las Fallas las que mueven la economía en València en muchos ámbitos". Sin embargo, a pesar de que el taller se dedica casi en exclusiva a lo tradicional, también está muy interesado en la innovación. "Cuando viene gente y me propone cosas locas soy la primera que quiere participar", dice, entusiasmada, Elisa. El encargo personalizado más interesante que le ha llegado a su marca fue una "tecnojoya": el año pasado, la fallera mayor de Alcàsser-Iàtova, Diana Alcaraz, retransmitió en streaming la cremà a través de un colgante que, por fuera, parecía tratarse únicamente de una joya, pero por dentro llevaba una cámara GoPro.

"A lo mejor con un poco más de inversión tienes una pieza y estás cuidando tu cultura y tu tradición".

A pesar de que la tienda ya tiene a su clientela fidelizada, Elisa pide una reflexión a escala social sobre lo artesanal: "con el mundo fallero pasa que como ya se saben las marcas de siempre, no escuchan ni miran los procesos, lo cual es un error porque hoy en día hay muchos procesos tecnológicos y hay pocos artesanales", denuncia, y sigue, "a lo mejor con un poco más de inversión tienes una pieza y estás cuidando tu cultura y tu tradición". Cada año tratan de hacer un objeto que les distinga. No venden solamente conjuntos de joyas, pendientes, y juegos de peinetas al uso. Además, venden elementos que complementan al traje de indumentaria. Intentan hacer algún artículo que no se haya reproducido anteriormente o darle un carácter un poco diferente, para que la gente lo descubra de nuevo y se lo ponga. 

Joyas de la tienda Orfebres Peris Roca.

Joyas de la tienda Orfebres Peris Roca. / Ariadna Martínez

Cada año hay más turistas y, por tanto, más gente interesada en ese "saber hacer", afirma, aunque, cuenta, son los foráneos y no los locales los que suelen interesarse más. Sobre las nuevas formas de generar joyas, afirma que "está claro que vivimos en el siglo XXI y las herramientas tecnológicas están para servirnos, pero lo que no puede ser es que no se aplique una capa de artesanía sobre la pieza: que tú cojas un diseño 3D, lo metas en una máquina de corte láser, grabado láser, y tienes 100 en un cuarto de hora y lo vendas a un precio casi prácticamente similar al mío, y sin haber intervenido una mano ni una idea detrás". Elisa, cuya conexión con este mundo empezó de niña, con el taller de su familia "lleno de cachibaches", sólo pide "que la gente se interese en los procesos" y que se intente guardar una tradición, un referente a las piezas tradicionales.

Elisa Peris Roca en su taller.

Elisa Peris Roca en su taller. / Levante-EMV

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