AGRICULTURA

El entrada de fondos de inversión sitúa a los cítricos como los terrenos de cultivo más caros entre los frutales

Las explotaciones naranjeras lideran en España el incremento del precio de la tierra al superar los 42.000 euros por hectárea mientras el valor del suelo de secano se estanca

Campos de cítricos en el Camp de Morvedre.

Campos de cítricos en el Camp de Morvedre. / Levante-EMV

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

El suelo rústico sigue ganando protagonismo como activo refugio para los inversores a la vista de las compraventas y los precios que se pagan por la tierra cultivable en toda España desde 2019, incluida la Comunitat Valenciana. Mientras el negocio del ladrillo continúa dando grandes rentabilidades después de tres años de pandemia, también los grandes inversores y los fondos de capital riesgo han convertido algunas explotaciones agrarias en su punto de mira. Es el caso de los cítricos, cuyo precio medio por hectárea se sitúa en 42.208 euros, lo que supone un 5,2% más que hace dos años; un valor sólo superado por las valores que se pagan por los invernaderos de hortalizas (216.085 euros/ha), según constata el último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

Estas son algunas de las conclusiones del 'Informe 2023 Cocampo' sobre la Estructura del Suelo Rústico en España, que analiza la situación del sector agrario durante estas últimas campañas y donde llama la atención que mientras el precio de la tierra sube 56€/ha el campo envejece (41% de los titulares tiene más de 65 años) y suben los arrendamientos un 32%. "Un indicador del flujo de inversión al sector es la evolución en el número de fondos de inversión especializados en agricultura y alimentación", constata el indicador elaborado por la consultora Valoral Advisors.

Según este estudio, en los últimos diecisiete años, el número de dichos fondos se ha multiplicado por más de veinte veces y han tomado el control de gigantescas fincas agrarias y empresas de la Comunitat Valenciana, Murcia, Andalucía y Cataluña, entre otros territorios. 

España cuenta con 16,8 millones de hectáreas (el 33% del total) dedicadas a cultivos, siendo los cultivos herbáceos (61%) los mayoritarios, seguidos por los cultivos leñosos (38%). Destaca el incremento de superficie en los cultivos de almendro (1,70%, 756.694 ha), pistacho (20,78%, 66.466 ha) y frambuesa (168,56%, 3.631 ha). Otra característica de este sector es que los viñedos (14.304 euros/ha), olivar (19.356 euros/ha), viñedo (23.393 euros/ha) y olivar (38.152 euros/ha) mantienen su precios estables desde el año 2019, frente a la citada subida de los cítricos.

Falta de renovación

En 2022, el sector primario aportó el 3,9% del PIB español, la producción agraria alcanzó máximos históricos y ya cuenta con ayudas del Gobierno para paliar los efectos de la guerra en Ucrania. Además, las exportaciones españolas continuaron creciendo hasta situarse en el séptimo lugar en el ranking de potencias agroalimentarias mundiales. El informe de Cocampo también advierte del riesgo del envejecimiento de la población dedicada al sector agrario. Madrid (3,32%), Galicia (3,26%) y Comunitat Valenciana (2,30%) son las que presentan porcentajes más bajos de jóvenes menores de 35 años titulares de explotación. En la C. Valenciana, el 51% de los titulares de campos tiene más de 65 años. Una situación, sin duda, preocupante.

Invernaderos en una explotación de Alicante.

Invernaderos en una explotación de Alicante. / DAVID RAMOS

Respecto a las operaciones de compraventa en el campo, en 2022 se completaron 437.382 transmisiones de fincas rústicas en toda España. Las transmisiones incluyen 175.771 herencias (-1,86%) y 156.925 compraventas (-2,2%). Por otro lado, en el conjunto del Estado existen 94.096 hectáreas clasificadas como abandonadas (el 25,4% son de la Comunitat Valenciana) y 2,2 millones de hectáreas sin aprovechamiento. Destacan los casos de Galicia, Asturias y Cantabria, cuya superficie sin aprovechamiento es del 35,40%, 20,90% y 16,50% respectivamente.

En el conjunto de España existen 94.096 hectáreas clasificadas como abandonadas (el 25,4% son de la Comunitat Valenciana)

Según Regino Coca, fundador y CEO de Cocampo, “para conservar la estructura de propiedad tradicional de pequeños y medianos agricultores, así como para facilitar el acceso al sector de los jóvenes, sería fundamental que las cooperativas incrementen sus capacidades, ofreciendo a sus partícipes la tecnología y los medios necesarios para disfrutar de las mismas economías de escala que los grandes terratenientes”.

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