¿Desde cuándo es aficionado a la poesía como lector?
Desde hace 20 años. Una de las primeras obras que leí fue el «Llibre de meravelles» de Estellés. Este autor y yo tenemos muchos rasgos similares, como la emotividad y de alguna forma existe un entendimiento que da lugar a paralelismos entre su trabajo y el mío.
¿Qué le movió a escribir poemas y no otro género?
El porqué empecé a escribir hace 10 años es un misterio para mi, ya que no existe un momento que lo propiciara. Es algo que surgió de repente en la intimidad sin saber explicar el porqué.
¿De qué hablan sus poemas?
No tengo una tendencia concreta. Hablan de la vida, de los anhelos, de lo que me preocupa, de mis creencias, de aquello que yo aprecio, de mi familia, de la música. Y hablan, sobre todo, de que se establezca un mundo en que todas las personas pudieran alcanzar una dignidad y unas condiciones para realizarse y también de que nuestro «País» retomara su dignidad perdida, algo que cada vez veo más inalcanzable.
¿Cómo ve el panorama literario en valenciano?
Desde el punto de vista del escritor, el punto de partida es que la gente no lee poesía. Si a esto le sumamos que escribo en valenciano, el ámbito queda todavía mucho más reducido. Por lo que en casos como el mío resulta difícil que te publiquen.
¿Cuál es su poeta favorito?
No tengo uno favorito, en todo caso si tuviera que decir uno sería Ausiàs March, pero también está Miquel Martí i Pol, Rainer María Rilke, Heinrich Heine, Constantino Cavafis y en el ámbito de nuestra lengua Joan Valls o Antoni Ferrer.
¿Cree que el valenciano está experimentando una regresión en los últimos tiempos?
Sí, pasa una cosa muy fuerte, al menos en la comarca en la que vivimos y es que cada vez utilizamos el valenciano peor ya que hay una gran presión desde los medios de comunicación de difusión de la lengua oficial del Estado. Además las autoridades no están demasiado por apoyarla ya que hay muchos ámbitos en los que debería estar presente y no es así.
